La Comunidad de Regantes del Guadalopillo de Calanda continúa con los trabajos relativos a la modernización de su red de riego con el objetivo de ahorrar agua. La actuación se centra principalmente en la transformación del riego "tradicional o de manta" al que suministra el agua a "presión", tal y como ha explicado el secretario de dicha comunidad, Jesús Jubierre.

El proyecto se va a implantar en una extensión de "150 hectáreas" que acoge los cultivos de aproximadamente "100 comuneros". Aunque, tal y como ha detallado Jubierre, el espacio de cultivo del colectivo de regantes que se abastecen con agua del río Guadalopillo alcanza las "950 hectáreas".

En ese terreno, como ha apuntado el secretario, predominan las plantaciones de frutales: el 40% corresponden a melocotoneros que tienen como producto final melocotones de Denominación de Origen, otro 40% son olivos y el 20% restante se destina a los almendros.

El cambio en la modalidad de riego -hacia uno más eficiente a nivel medioambiental- se realiza a través de la puesta de mangueras que acompañan a los árboles en su recorrido. "Se van a instalar mangueras que siguen a la plantación y junto a ella depositan el agua que necesitan. La forma de ponerlas se adapta a cada tipología de árbol porque por ejemplo en el olivo se entierran y para el melocotonero se mantienen en superficie para poder controlar la cantidad que salga", ha descrito Jubierre.

Los agricultores tendrán la opción de controlar y programar ese riego a presión -que llegará a todo el campo- a través de unos ordenadores que se les facilitarán individualmente. Además de para el riego, tal y como ha defendido Jubierre, se puede usar para "regular" lo relacionado con el abono o los herbicidas. De ser así, se facilitaría ese control de "hierbas y plagas" que pueden aparecen en los suelos donde crecen los árboles frutales.

Numerosos beneficios

Con todas estas nuevas herramientas se conseguirían "muchos" beneficios. De acuerdo a lo que ha enumerado el portavoz del colectivo de regantes, se lograría reducir el desperdicio de agua entorno a un 35% a la vez que la "vida vegetativa" de los árboles mejora al tener agua de manera continuada. También, ha añadido que resulta en una mayor "comodidad" para los agricultores, ya que no sería necesario tener que regar durante las noches o fines de semana y podrían plantearse "llevar más tierras".

El coste aproximado del proyecto, como ha indicado el secretario, ronda los 1,5 millones de euros. De estos, el Gobierno de Aragón se hará cargo de un 50%, según ha anunciado Jubierre.

Las casi mil hectáreas de frutales reunidas en Calanda alrededor del Guadalopillo se dividen, como ha aclarado el secretario, en siete sectores. Hasta ahora se ha implantado este sistema de riego en cinco de ellos, lo que supone que más del 71% de la superficie total se ha modernizado. Una cifra que seguirá en aumento, ya que en los próximos meses será el turno del sexto sector con el que una vez ejecutadas las obras se dará casi por terminado el proceso de actualización de la comunidad.

Para este penúltimo sector, como ha asegurado Jubierre, está previsto que las obras comiencen en octubre al coincidir con el fin de la época de riego. "Se espera que los trabajos de adecuación estén terminados a inicios de 2024 y así que la próxima temporada se hagan pruebas para que entre en pleno funcionamiento en el periodo entre finales de 2024 y 2025", ha destacado.

Todo comenzó con un proyecto que suponía la ejecución de cuatro balsas en ubicaciones estratégicas para la recolección y distribución de agua. A partir de ahí, desde 2012 se lanzaron a modernizar los siete sectores, de media una agrupación cada dos años.

El portavoz de la comunidad ha reconocido que esta nueva forma de riego localizado hace que se puedan conseguir mejores rendimientos en las parcelas y con ello la "calidad" de los productos.