El viaje imaginario de Dinópolis al fondo del mar asombra a los visitantes

Con una inversión de 9,2 millones de euros, Mar Jurásico muestra a través de seis salas el abismo del océano y los animales que vivieron allí hace 540 millones de años.

Apertura al publico de la nueva atracción Mar Jurásico de Dinópolis en Teruel
Apertura al publico de la nueva atracción Mar Jurásico de Dinópolis en Teruel
Antonio García / Bykofoto

Dinópolis sorprendió ayer a sus visitantes en el estreno de su nueva atracción, Mar Jurásico, un viaje espaciotemporal imaginario al fondo de los mares remotos que muestra la vegetación y los animales que vivían allí desde hace 540 millones de años en adelante. Todo ello a través de proyecciones audiovisuales interactivas que utilizan inteligencia artificial y de réplicas de grandes fósiles de fauna marina.

El nuevo recorrido temático, de unos 45 minutos de duración, comienza en una cabina que simula, con sonido y movimiento, el descenso hasta las profundidades marinas, en una inmersión plagada de sorpresas, como el ataque de un pulpo gigante. Al salir de este submarino, el público aparece en una gruta llena de pantallas táctiles y rodeado de imágenes animadas con las que se puede interactuar.

La ruta continúa, tras una cortina de vapor de agua, hasta un gran atolón y un arrecife paleozoico recreado con gran realismo. Corales de todos los tamaños y colores, que brillan en la oscuridad, desembocan en una espectacular cúpula en la que se proyectan grandes medusas flotantes y que ayer dejaba impactados a los más pequeños.

Mar Jurásico, que ha costado 9,2 millones de euros, ofrece también un acuario virtual en el que nadan grandes animales marinos, como la tortuga cuyo fósil se halló en Riodeva y que por ello ha sido bautizada como Riodevemys. Un volcán en erupción empuja a los visitantes a subir rápidamente a una nueva cabina que los lleva a la superficie, no sin vicisitudes, pues una roca proyectada por el volcán golpea el cristal de la nave submarina hasta casi romperlo. Un paisaje de costa, en el que destaca la reconstrucción del enorme cráneo del Pliosaurus funkei, uno de los mayores megadepredadores marinos de la historia geológica, pone fin a esta trepidante ruta.

La aventura hasta las profundidades oceánicas impresionó al público. La familia Trujillo, llegada desde Tenerife y que no sabía de la inauguración de Mar Jurásico, no ocultaba su admiración por el inesperado espectáculo. "Me ha parecido superimpactante", afirmó uno de los hijos, Héctor, de 14 años, mientra su hermana, Ruth, de 12 años, calificaba la atracción de "asombrosa".

La mayor emoción se vivía en el interior de las cabinas que simulan una nave submarina. Los niños, bien agarrados a las barras de sujeción instaladas allí, observaban con tremendo interés -incluso con algún lloro por parte de los más pequeños- los gigantescos animales que desfilaban por las ventanillas. "¿Ya estamos en el agua?", había preguntado, impaciente, un chaval nada más comenzar el descenso, el mismo que una vez en la cueva submarina siguió interrogando: "¿Esas caracolas pican?".

La gerente de Dinópolis, Higinia Navarro, consideró que la impresión que Mar Jurásico causó entre el público el día del estreno había sido "muy positiva". Señaló que la renovación de contenidos en el parque paleontológico siguiendo la premisa de combinar ocio y ciencia es "necesaria" para seguir atrayendo público. Agregó que, de acuerdo al plan estratégico, en sucesivas temporadas habrá otras novedades.

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