Una tormenta en la localidad turolense de Valdelinares ha descargado la tarde de este jueves pedrisco casi del tamaño de un huevo de gallina que ha dañado los coches que estaban aparcados en la calle y ha roto claraboyas de tejados. 

Vecinos del municipio han explicado que la granizada comenzó sobre las 17.30 y duró al menos un cuarto de hora. En este tiempo, una docena de vehículos han resultado abollados o con los cristales rotos. El pedrisco, muy seco, ha destrozado también sombrillas y plantas en macetas instaladas al exterior. Las mismas fuentes han subrayado que la tormenta asustó al ganado extensivo que hay en el término municipal, el cual buscó refugio con rapidez.

Teresa Lozano

Las tormentas han barrido este jueves gran parte de las comarcas Gúdar-Javalambre y Maestrazgo. En Villarroya de los Pinares han caído 14 litros por metro cuadrado de agua y granizo. Ha llovido sobre mojado porque este miércoles la localidad registró una tempestad similar. El alcalde, Iván Villarroya, ha destacado que, si bien no se han registrado grandes daños en los huertos, los caminos rurales han quedado "destrozados".

En Mosqueruela, el granizo del tamaño de canicas ha teñido de blanco las calles y en Cantavieja ha llegado acompañado de mucha agua, lo que ha evitado destrozos. 

Teresa Lozano

En Fortanete, la tormenta ha durado dos horas y, por momentos, el granizo caído era de un tamaño considerable que ha podido dañar los huertos, si bien los vecinos esperan a comprobar mañana los efectos del pedrisco.

La mayor precipitación ha sido registrada en La Iglesuela del Cid, con 38,6 litros de agua por metro cuadrado según datos ofrecidos por la Confederación Hidrográfica del Ebro. Al margen de que el aguacero ha dañado algunos caminos, el alcalde de la localidad, Fernando Safont, ha destacado que la lluvia repondrá los acuíferos de la zona, muy afectados por la sequía.