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Los pelotaris de Teruel se resisten a desaparecer

Una asociación quiere recuperar el juego de pelota a mano que antaño llenó los trinquetes en los pueblos y que generó un buen plantel de deportistas

Dos miembros de la asociacion de amigos de los trinquetes de Teruel en un trozo de la muralla donde se jugaba. Foto Antonio Garcia_bykofoto_2. 15_03_23[[[FOTOGRAFOS]]]
Pascual Jiménez -al fondo- y Miguel Arizaga, pelotaris de Teruel, en el tramo de muralla en el que antes se jugaba a la pelota a mano.
Antonio García/Bykofoto

El éxodo rural de los años 50 y 60 puso en marcha el declive de la pelota a mano, pero el espíritu de los jugadores que en el siglo pasado llenaban los trinquetes de los pueblos en horas festivas sigue muy vivo en la Comarca Comunidad de Teruel. Una agrupación, la Asociación Amigos de los Trinquetes, se ha propuesto rescatar lo que queda de este deporte y su huella en el patrimonio para promocionarlo entre los más jóvenes.

En Teruel y su entorno 33 de los 46 municipios tienen trinquete, lo que da idea de la gran afición que despertó este juego y que generó un buen vivero de pelotaris, aportando incluso grandes figuras al panorama nacional, como Ramón Soriano, ‘El Borregueño’, que triunfó en campeonatos nacionales alrededor de los años 30 y 40.

Sin embargo, como explica Miguel Arizaga, de la Asociación Amigos de los Trinquetes, solo dos de estas construcciones fueron levantadas expresamente como cancha para la pelota a mano, la de Camarillas -probablemente una de las más antiguas de la provincia al datar de 1732- y la de Fuentes Calientes. El resto se acopló a los soportales con grandes arcos que hay a la entrada de casi todas las casas consistoriales.

De estos últimos trinquetes se han perdido ya un 20%. En algunos casos, la zona porticada de los ayuntamientos se ha convertido en consultorio médico, farmacia o salón de actos, como ha ocurrido en Santa Eulalia, Alpeñés, Torrelacárcel y Orrios. En otros, una restauración ha retirado el yeso y sacado a la luz la piedra viva de los muros, con su superficie irregular, inservible como pared de frontón, como ha pasado en Cella y Lidón.

Arizaga se ha recorrido los pueblos de la comarca de Teruel para catalogar todos los trinquetes. Viaja hasta ellos, reúne información, mide y saca planos de cada trinquete. El proyecto ha contado con el apoyo económico de la Comarca Comunidad de Teruel. Su propósito ahora es extender este trabajo en los próximos cinco años a toda la provincia, donde también quedan vestigios interesantes de estos campos de juego. Por ejemplo, Tronchón, en el Maestrazgo, conserva otra de estas canchas levantada específicamente para disfrutar del pasatiempo rey de décadas pasadas.

En Teruel capital se jugaba a la pelota a mano aprovechando el tramo de la antigua muralla más próximo al Acueducto de Pierres Vedel. Pascual Giménez, otro de los miembros de la Asociación Amigos del Trinquete, explica que la entidad ha solicitado al Ayuntamiento la colocación de una placa en este lugar que recuerde los muchos momentos que los pelotaris pasaron allí, entregados a su deporte favorito.

A juicio de Arizaga, la propagación del fútbol fue la estocada final de la pelota a mano que, no obstante, en Teruel siguió teniendo seguidores hasta los primeros años del siglo XXI. Para Giménez, que recientemente dio una conferencia en el Casino de Teruel sobre la historia de este juego deportivo, hay otro factor que contribuyó a su ocaso y es que, con la evolución socioeconómica de la provincia, a finales del siglo pasado ya nadie tenía las manos curtidas que se necesitan para darle a la pelota con fuerza.

"Tenemos la ilusión de que vuelva a repuntar"

La Asociación Amigos del Trinquete planea ir a los colegios y contagiar a los alumnos su pasión por la pelota a mano. La iniciativa dará continuidad al curso intensivo que el año pasado esta entidad ya impartió a los profesores de deporte de los centros escolares. “Tenemos la ilusión de que vuelva a repuntar”, afirma Arizaga, quien recuerda el éxito que tuvo en 2022 la celebración de un campeonato en la Glorieta de Teruel, con la participación de todas las comunidades autónomas a excepción de País Vasco, Navarra y La Rioja.

Arizaga y Jiménez, ambos jugadores “en serio” de pelota a mano en otros momentos, han presentado al Ayuntamiento de la capital turolense un proyecto para construir un trinquete. En la ciudad hay frontones, “pero no son lo mismo”, dice el primero de ellos. “El trinquete ha de tener techo y zona de arcos, para que lo vea el público desde fuera”, explica.

Desde hace dos años, a cambio de un almuerzo o un vino de honor, la asociación viaja por los pueblos en verano para enseñar a los más jóvenes y a los menos jóvenes a jugar a la pelota. La primera lección trata, precisamente, sobre cómo fabricar la pelota, que consiste en rodear una bola de goma de papel mojado, hilo y lana, recubriéndolo todo de esparadrapo. También enseñan a los jugadores a protegerse las manos para evitar daños.

“Este juego nos gusta mucho y no queremos que caiga en el olvido”, dice Arizaga, quien justifica su pasión defendiendo que este deporte es el segundo más completo después de la natación, pues permite ejercitar todo el cuerpo. “Estiras los brazos y las piernas y mueves las rodillas; hay que explicar a la gente que hay otras formas de hacer deporte”, subraya.

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