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Un sismógrafo revela que la falla de Celadas incrementará su actividad

Los geólogos avisan de que la grieta se une a otra en Torremocha, lo que podría causar un gran terremoto a largo plazo

El mapa recoge los terremotos registrados en la zona de Celadas desde el año 2000 a la actualidad.
El mapa recoge los terremotos registrados en la zona de Celadas desde el año 2000 a la actualidad.
Heraldo

Teruel no se libra del riesgo de sufrir un terremoto destructivo en un futuro. Al contrario, como lo está poniendo de manifiesto el sismógrafo instalado desde 2017 en Celadas, todo apunta a que la falla activa Concud-Celadas está empezando a unirse con la fractura tectónica de Sierra Palomera, en Torremocha de Jiloca, lo que convierte a esta zona próxima a la capital turolense en posible escenario de un gran temblor de tierra, al sumar sus fuerzas ambas fallas.

El geólogo José Luis Simón, que dirige el grupo de investigación de fallas activas del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza, estima que un terremoto en el que se vieran implicadas las fracturas de Celadas y Torremocha –ambas de gran tamaño– podría alcanzar una magnitud 7 en la escala de Richter, solo un poco más leve que el seísmo registrado hace unas semanas en Turquía y Siria, de magnitud 7,8.

Simón aclara que no hay una fecha cercana para esa potencial unión entre las dos fallas, pues tratándose de un fenómeno geológico, "podemos hablar de centenares de miles de años". A su juicio, los datos aportados por el sismógrafo de Celadas justifican que el Instituto Geográfico Nacional (IGN) sustituyera el pasado mes de noviembre el aparato provisional de 2017 por otro con carácter permanente.

El sismógrafo de Celadas acusó el terremoto de Turquía y Siria convirtiendo una línea antes casi recta en un forzado zigzag.
El sismógrafo de Celadas acusó el terremoto de Turquía y Siria convirtiendo una línea antes casi recta en un forzado zigzag.
Instituto Geográfico Nacional

Desde 2000 a la actualidad, los terremotos en la provincia de Teruel –todos muy leves– se alinean en una banda con dirección Sur-Norte que va de la falla de Concud-Celadas a la de Sierra Palomera. La actividad sísmica se aceleró a partir de 2014, lo que llevó a José Luis Simón a solicitar al IGN la implantación de un sismógrafo en Celadas. La mayoría de los seísmos tiene su epicentro a una profundidad de entre dos y 15 kilómetros, muy cerca de la superficie. El geólogo anuncia que si la máquina sigue detectando picos de actividad "habrá que tomar medidas" para una mayor vigilancia de los temblores de la tierra.

El sismógrafo de carácter permanente que desde el pasado mes de noviembre está operativo en Celadas detectó, al igual que el resto de medidores de temblores de tierra repartidos por la geografía nacional, el terremoto de Turquía y Siria que tuvo lugar el pasado 6 de febrero.

Otra de las causas que ha llevado al IGN a instalar un sismómetro al sur de la provincia de Teruel es la escasez de este tipo de aparatos en la Cordillera Ibérica, donde solo existen en Mosqueruela, en el límite entre Zaragoza y Huesca, en Molina de Aragón (Guadalajara) y Cofrentes (Valencia).

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