industria aeroespacial

Andy Elson: "Teruel puede ser el Cabo Cañaveral de los vuelos estratosféricos"

El empresario y "hombre récord" británico proyecta una planta en el aeropuerto para lanzar naves a la estratosfera con 34 empleos especializados.

Andy Elson, en la Delegación Territorial de la DGA de Teruel.
Andy Elson, junto a la Delegación Territorial de la DGA de Teruel.
Javier Escriche

¿Qué proyecto quiere desarrollar su empresa, Elson Space, en el aeropuerto de Teruel?

En los próximos dos meses se concretará más, pero girará en torno a las naves no tripuladas que vuelan en la estratosfera -por encima de 20 kilómetros de altura-.

¿De qué cifras hablamos?

Tenemos que esperar a concretar la financiación para no pillarnos los dedos, pero será una gran inversión y puedo adelantar que en 24 meses dará trabajo a 34 ingenieros y técnicos.

¿En qué actividad?

Los vuelos estratosféricos y los sistemas asociados como la captura de datos, la toma de imágenes, el control de emisiones de metano…

¿Por qué ha elegido Teruel como base?

Por varias razones. El microclima es muy bueno para el despegue y aterrizaje de las naves, dispone de una reserva de espacio aéreo sin vuelos que facilita los permisos para la actividad y porque es una ciudad adorable. Mi proyecto atraerá gente a trabajar aquí, que es un buen sitio para vivir.

¿Utilizará naves similares al Zephyr -un dron que vuela a gran altura propulsado por energía solar- de Airbus?

No. Diseñé el primer modelo del Zephyr en 2002, pero después me separé totalmente del proyecto. Pero también serán naves que volarán con energía solar.

¿Qué plazo maneja para desarrollar el proyecto de Teruel?

Queremos empezar a operar en dos meses tras conseguir la concesión de la nave.

¿Colisiona su proyecto con el de Sceye, que operará también en la estratosfera?

Trabajo en este tipo de proyectos desde hace 18 años y empecé a operar en el aeropuerto de Teruel en 2014. No hay problema. El mayor inconveniente de las empresas que quieren crear algo nuevo en el espacio es conseguir el permiso para volar. No hay ningún problema con el proyecto de Sceye.

¿Qué papel puede jugar Teruel en el campo de los vuelos a la estratosfera?

Igual que el que en Estados Unidos juega Cabo Cañaveral para los lanzamientos de cohetes. Queremos que Teruel sea el centro para realizar los vuelos de gran altitud de todas las empresas interesadas.

¿A nivel mundial?

Podría ser la base principal para el hemisferio norte. Y tenemos una base en Australia que podría ser la del hemisferio sur.

Usted es poseedor de un puñado de récords aeroespaciales. ¿Planea utilizar Teruel como base para batir algún récord?

Teruel puede ser perfecto para conquistar récords que requieran desarrollo tecnológico, en particular con naves no tripuladas en vuelos estratosféricos. Estoy muy interesado en ese campo y ahí se pueden alcanzar registros nunca antes alcanzados porque es un campo nuevo, pero estoy más interesado en crear nuevas tecnologías e innovar.

¿Cuántos récords ha batido?

Catorce o quince, ya no me acuerdo de todos. Los he batido en espeleología, navegación y en globos aerostáticos.

¿De cuál se siente más orgulloso?

Participé en la vuelta al mundo en globo. No gané, pero con motivo de ese desafío, desarrollé una tecnología que me valió la Royal Aero Club Gold Medal -Medalla de Oro del Club Real de Aerostática de Gran Bretaña-. Vi a las personas que la habían ganado antes que yo y eso me hizo sentir importante.

¿Y su empresa, Elson Space, cuántos récords atesora?

He diseñado productos y tecnología con los que se han batido 65 marcas.

Una de ellos, el de altura con un globo aerostático.

Sí, con el empresario Vijaypat Singhania en 2005 en Bombai, La India, cuando llegó a 21.304 metros de altura.

O el vuelo más largo en una aeronave sin escalas.

El primer récord lo conseguí con nueve días seguidos de vuelo en globo sin tomar tierra, luego batí mi propio registro con 18 y después me lo arrebataron. Como soy ingeniero, me gusta participar en los proyectos para afrontar desafíos, pero no me interesa la publicidad. Tras los dos primeros récords, que conquisté con Colin Prescot, el tercero lo ganó Brian Jones, que lo divulgó por todo lo alto.

¿Y por qué este empeño en superar marcas?

Es por la aventura. La vida o es una aventura o no vale nada. Nací para matar dragones, pero como ya no hay dragones me dedico a batir récords.

En 2003, intentó sin éxito llegar más alto que nadie con un globo de helio acompañado de Colin Prescot. ¿Volverá a intentarlo desde Teruel?

El acuerdo con el patrocinador de aquel intento incluía una cláusula por la cual no lo podían volver a intentar. Era la letra pequeña que no me leí (sonrie).

En la cartera de clientes de Elson Space figuran compañías punteras en el campo aeroespacial, como Airbus o SpaceX. ¿Cuál es la clave para captar esta clientela tan selecta?

El millonario indio que ganó el récord del mundo de altura en un blog aerostático me dijo que quería ser tan famoso en la India como Richard Brandson en Reino Unido. Creo que los clientes llegan por haber demostrado solvencia con los récords conseguidos a lo largo de mi trayectoria. Y eso que muchas veces el gran público no sabe que he estado involucrado en algunos, como el conseguido por Steve Fossett, el famoso empresario americano que fue el primero el circunvalar la tierra sin escalas. 

¿Cuál fue su colaboración con el multimillonario Elon Musk?

Me dijo que, como había diseñado cápsulas para globos que han volado alrededor del mundo, le gustaría que diseñara una para ir al espacio. Como los cohetes tienen mucha vibración, le dije que esas cápsulas no podían funcionar, pero sí el sistema de soporte vital y la presurización. Me llamó un viernes y el martes siguiente yo volaba a Los Ángeles con un ingeniero de Elson Space. Volvimos con el encargo de una cápsula para tres personas y con una estimación de los costes para desarrollarla. En seis meses estuvo construida. Antes de terminarla, me llamó para decirme que había un premio de la Nasa para quien construyera una cápsula para cinco personas, y tuvimos que cambiar las especificaciones y empezar desde cero el diseño. La de tres tripulantes se llamaba Magic Dragon y la definitiva, que se presentó a la Nasa, se llamó Dragon.

¿Voló al espacio?

La construimos en aluminio, la probamos en la Nasa y cuando superó todas las pruebas, Space X la copió en fibra de carbono y la utilizó para salir al espacio y alcanzar la Estación Espacial Internacional. Nosotros estuvimos en los primeros pasos del desarrollo.

¿Cómo es Elon Musk como hombre de negocios?

Es muy duro en las negociaciones y tiene las ideas muy claras. Por ejemplo, quería ventanas cuadradas en su cápsula, pero no se puede porque se rompen, y tuvimos que darles una curvatura. El cómic 'Dan Dare' lo utilizó como referente del cohete que pensaba lanzar. Despegaba y aterrizaba en la misma posición y quería también ese sistema de aterrizaje, y así se hizo para aterrizar en un barco en el Pacífico.

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