Ya hay fecha para demoler la chimenea de la térmica de Andorra

La chimenea de la central térmica de Andorra, de 343 metros de altura y símbolo de una etapa industrial en la provincia de Teruel, será derribada el próximo 16 de febrero, dentro de la operación de desmantelamiento de esta planta de producción de energía eléctrica que su propietaria, Endesa, inició ya el año pasado.

La torre caerá en bloque como si se tratara de un árbol que es talado en su base, por lo que se establecerá un amplio perímetro de seguridad de hasta 800 metros de diámetro cuya vigilancia correrá a cargo de agentes de la Guardia Civil. Como ha explicado el subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro, el objetivo es que nadie pueda acceder a esta zona más allá de los técnicos encargados de la demolición y los explosivos que deberán utilizarse.

En la zona también habrá un equipo de bomberos y servicios sanitarios por si se produjera algún accidente. Además Endesa llevará sus propios medios de seguridad. Así se acordó este miércoles en el transcurso de una Junta de Seguridad celebrada en la capital turolense donde se analizaron algunas de las circunstancias que rodearán el derribo de la chimenea.

Tras la demolición de esta torre de 343 metros de alto aún quedará por demoler en torno a un 30% de las instalaciones. La ejecución de estas tareas se prolongarán durante 2023 y 2024. El pasado mes de mayo fueron derribadas las tres torres de refrigeración en una espectacular operación que congregó a cientos de curiosos. Aún siguen en pie algunas de las naves que albergaban las turbinas así como construcciones en las que se instaló el sistema de desulfuración de emisiones a la atmósfera. 

Aunque asociaciones en defensa del patrimonio industrial han reclamado el mantenimiento de la chimenea como atractivo turístico, el alto coste que supondría su conservación ha hecho que finalmente la empresa opte por su eliminación.