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El aeródromo deportivo de Torremocha de Jiloca cumple dos décadas

Más de 20 aeronaves aterrizaron este sábado para celebrar el aniversario, coincidiendo con la prueba Open Stol

Una de las avionetas que participó en la prueba deportiva Open Stol.
Una de las avionetas que participó en la prueba deportiva Open Stol.
Heraldo

El aeródromo de Torremocha de Jiloca cumple dos décadas desde su entrada en funcionamiento y lo celebró este sábado con una nueva edición de la prueba deportiva Open Stol, que supuso la llegada de más de 20 aeronaves de distintos puntos de España y una de de ellas, de Alemania.

La Open Stol es una prueba de carácter no competitivo que consiste en realizar aterrizajes y despegues en el menor espacio posible, lo que exige una gran habilidad y experiencia en los pilotos. Esta actividad se desarrolló en el aeródromo de Torremocha de Jiloca durante toda la mañana del sábado, alcanzando así la quinta edición de este tipo de evento aeronáutico.

Un momento de la celebración este sábado en el aeródromo de Torremocha de Jiloca.
Un momento de la celebración este sábado en el aeródromo de Torremocha de Jiloca.
Heraldo

El acontecimiento estuvo organizado por el Aeroclub turolense Montes Universales, que aprovechó para agradecer la labor realizada por el Ayuntamiento del pequeño municipio turolense -120 vecinos- a lo largo de los últimos veinte años. 

Contó con la colaboración de la Federación Aragonesa de Deportes Aéreos del Gobierno de Aragón, cuyo presidente, Teodoro Oriz, fue el encargado de entregar una placa conmemorativa al Ayuntamiento de la localidad en un emotivo acto en el que se puso de relieve la importancia de este aeródromo, conocido dentro y fuera de las fronteras españolas en el sector aeronáutico, habiéndose convertido en estos años en un aeródromo de referencia internacional.

"Durante toda la mañana, las aeronaves estuvieron despegando y aterrizando, llenando de color los cielos turolenses mientras los comentadores del evento iban relatando al público las particularidades de las distintas aeronaves y los metros utilizados por los pilotos, amenizando el evento al público", explica uno de los organizadores de la prueba, Arturo Polo.

Según Polo, la espectacularidad de la prueba atrajo a un gran número de aficionados a la aviación de todas las edades. Una vez más, los socios de este pequeño aeroclub se volcaron con la organización de un evento para difundir el vuelo deportivo entre la población, fomentar el vuelo entre los deportistas y mejorar sus habilidades.

"El diseño de las aeronaves y sobre todo su peso máximo, es determinante a la hora de conseguir un despegue y aterrizaje en la menor distancia posible, pero también la técnica de vuelo empleada por cada piloto, la estrategia en la configuración de la aeronave y su pericia para saber volarlo a la mínima velocidad posible", señala Polo.

Tras la comida de hermandad ofrecida por el aeroclub, se procedió a la entrega de trofeos, a los tres primeros clasificados, Juan José Rodríguez, proveniente del campo de Olocau (Castellón) y los pilotos turolenses Juan Carlos Marín y Arturo Polo Ena, quien resultó el vencedor de la prueba. Además empresas locales colaboraron el evento con la aportación de diversos premios, como Joyería Fabregat, Muebles J. Gorbe, Talleres Fandos, distribuciones Yus Belenguer y Construcciones Zardoya Pascual.

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