La DGA y el Bajo Aragón pedirán ayudas al Estado por los graves daños del granizo

El Gobierno de Aragón y los ayuntamientos del Bajo Aragón afectados por el intenso temporal de dos días de granizo pedirán ayudas al Estado. Actualmente, trabajan en analizar todos los daños para acogerse a las subvenciones de "zona afectada gravemente por una emergencia", la actual denominación de la conocida como "zona catastrófica". El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha afirmado este viernes que están en contacto con los alcaldes para valorar daños y pedir esta ayuda en "todos los municipios que han sufrido estos percances durante los últimos días". Lambán ha valorado positivamente no obstante que "la mayoría de los agricultores de melocotón tienen su cosecha asegurada y por tanto la repercusión inmediata del daño es menor que en otros casos vividos en los últimos meses".

Por su parte, los ayuntamientos afectados así como agricultores y otras empresas se reunirán el próximo lunes para trabajar una reclamación conjunta que vehiculará el alcalde de Calanda y diputado del PP por Teruel en el Congreso, Alberto Herrero. A través de una Proposición No de Ley pedirá acogerse a las ayudas del Estado así como enmiendas con otras líneas de apoyo como mejoras en la fiscalidad agrícola o subvenciones a coste cero. Están llamados a esta cita afectados de Andorra, Mazaleón, Calanda y Alcañiz, donde en junio sufrieron un tornado que causó graves daños. "Pido diligencia a la administración para que los afectados reciban las ayudas a la mayor brevedad posible. Los bajoaragoneses necesitan ayuda ya. Es tiempo de estar al lado de la gente. Nos necesitan más que nunca para rehabilitar viviendas, negocios y hacer frente a pérdidas que pueden llevarles a hacer cesar la actividad", ha dicho Herrero. El alcalde calandino ha alertado de que si no se actúa "se perderán muchos puestos de trabajo en el medio rural y estaremos abocando a los afectados a abandonar los pueblos".

En esta misma línea se ha pronunciado el alcalde de Mazaleón, Rafael Martí. "Vamos a tardar mucho en recuperar la normalidad. La situación es dramática. Nos enfrentamos a la peor crisis en décadas y vamos a necesitar apoyo institucional. Pedimos sensibilidad. Muchos jóvenes que apostaron por el pueblo lo han perdido todo. Tuvieron que arrancar los melocotoneros por el virus sharka y ahora se arruinan sus nuevos cultivos. O actuamos o se irán", advierte Martí. Este municipio celebró ayer un pleno de urgencia para reclamar ayudas y préstamos flexibles a dos años.

En los pueblos más castigados por las tormentas los desperfectos afectan a infraestructuras municipales de todo tipo, tendido eléctrico, parques, zonas exteriores e interiores de viviendas y empresas, vehículos y campos de cultivo.

Las granizadas del martes y el miércoles fueron las más graves por acumulación de las dos últimas décadas. El sector agrícola se encuentra gravemente dañado, con una pérdida del 100% de la cosecha en el melocotón en Calanda y Mazaleón, entre el pedrisco y las heladas de abril. También han sufrido importantes daños los leñosos (almendro y olivo) así como el cereal y las huertas.

El departamento de Agricultura va a convocar una línea de subvenciones directas. "Serán para todos los cultivadores de fruta de la Comunidad, no sólo del Bajo Aragón, y estarán abiertas a los que sufrieron las heladas de primavera", ha asegurdo Lambán.

En Andorra, uno de los municipios más afectados en su casco urbano, este viernes se dieron algunas cifras del coste que supondrá la reparación de las infraestructuras. Por ahora se han peritado casi un millón de euros (550.000 en zonas deportivas, 250.000 en áreas culturales, 50.000 en tres centros educativos y 30.000 en la residencia). "Las primeras valoraciones ya reflejan la magnitud de la granizada que afectó a Andorra, los daños son enormes y muy elevados económicamente", afirmó el alcalde, Antonio Amador.

El consejero de Educación, Felipe Faci, ha conocido los daños en el colegio de educación especial Gloria Fuertes y en el IES Pablo Serrano. Se ha comprometido a acometer una actuación de emergencia para que en septiembre el centro se encuentre en perfectas condiciones. El granizo rompió la cúpula central del vestíbulo y ocho de sus planchas, de casi tres metros, salieron disparadas por los aires y rompieron todos los cristales que encontraron a su paso. Entró agua y piedra en el suelo del vestíbulo, que se ha levantado y se debe cambiar íntegramente. También se rompieron otras cinco claraboyas, 30 ventanas de todo el edificio y se reventaron los cristales de una puerta de 15 metros de largo.