solidaridad

"Estar juntos en Andorra nos facilita la adaptación", explica una de las refugiadas ucranianas

La segunda expedición acogida en la villa minera recibe las primeras informaciones sobre su acogida.

Algunas personas del segundo grupo de refugiados ucranianos en llegar al CEA Ítaca-José Luis Iranzo de Andorra.
Algunas personas del segundo grupo de refugiados ucranianos en llegar al CEA Ítaca-José Luis Iranzo de Andorra.
Bea Severino

Dos semanas después de la llegada de los primeros 45 ucranianos refugiados a Andorra, la localidad se ha convertido en la casa de otras 38 personas que ya ocupan una parte del CEA Ítaca–José Luis Iranzo como hiciera aquel primer grupo. El Centro de Estudios Ambientales es el punto de acogida inicial, antes de que estas familias inicien su nueva vida bien en Andorra bien en otras zonas del país donde cuentan con familiares y amistades en algunos casos. "Estar todos juntos de inicio nos facilita mucho las primeras reuniones y habituarnos a la zona", dice María Morska, que ya estuvo en la gestión del primer grupo y que ayuda a la acogida del segundo junto a personas de la organización como Cristina o la polaca Kinga, que este viernes se ocupaba de la logística del acondicionamiento de las viviendas que ocupan ya algunas familias y de las que se ocuparán en los próximos días. "Muchas personas del primer grupo marcharon a otros lugares pero de las que están en Andorra ahora se han venido algunas a ayudar a los que acaban de llegar", apuntaba este viernes a mediodía.

Este segundo autobús llegó a las dos de la madrugada de este viernes. El traslado, al igual que el anterior, lo asumió Forestalia y partió el miércoles de la ciudad polaca de Varsovia con 27 ocupantes. Antes de llegar al Bajo Aragón, realizó parada en Barcelona para recoger a otros 11 ciudadanos ucranianos que habían hecho escala del vuelo Varsovia con destino Buenos Aires fletado por la asociación Open Arms.

Así, son 38 las personas que han llegado este viernes, que sumadas a las 45 del primer autobús, ya son 83 personas las que se han trasladado hasta Andorra. Como indican desde Forestalia, "desde un primer momento del proyecto se previó que el centro Ítaca fuese solo un primer punto de alojamiento hasta su ubicación en una vivienda de Suelo y Vivienda de Aragón, u otros inmuebles del municipio. De hecho, la mayoría de los refugiados del primer autobús ya están alojados en viviendas y apenas queda una decena en el Ítaca, que se trasladará en los próximos días a viviendas".

Tras pasar la primera noche en el Ítaca, la mañana del viernes han desayunado juntos y han recibido las primeras nociones e indicaciones sobre su futuro más inmediato. "Se trata de explicarles un poco dónde están, qué servicios tienen y que puedan explorar un poco el entorno, mientras respondemos a sus preguntas que son muchas", añade Morska. La principal inquietud es sobre la documentación y regularización de su situación. "Y hay que tener en cuenta los ánimos de cada uno porque son personas que lo han dejado todo y vienen de una guerra, eso no hay que olvidarlo", concluye.

De la llegada de estas personas a Andorra se está encargando Forestalia, que cubre los gastos de desplazamiento, alojamiento, manutención y formación. La semana pasada ya se acompañó a los primeros refugiados a Teruel para que pudieran realizar todos los trámites de legalización precisos. Se les presta ayuda para gestionar la tarjeta sanitaria y el empadronamiento, un "paso imprescindible para la escolarización de los menores".

Las acciones se realizan en colaboración con el Ayuntamiento de Andorra, que además de prestar apoyo en las tramitaciones, cede el Ítaca como centro base inicial de los grupos que van llegando antes de su ubicación en viviendas. Por otro lado, Suelo y Vivienda de Aragón cede los alojamientos los primeros meses, de los que la compañía energética asume el amueblamiento. "La comunicación y coordinación entre entidades es constante", dicen.

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