Teruel

Utrillas recibe con calor familiar a 33 ucranianos: "Todo el pueblo se ha volcado"

El pueblo minero se volcó este jueves por la noche para dar la bienvenida a los 25 adultos y 8 niños que llegaron en autobús desde Ucrania. Los vecinos abrazaron y obsequiaron a los expatriados.

Los refugiados ucranianos fueron recibidos con aplausos por un centenar de vecinos de Utrillas
Los refugiados ucranianos fueron recibidos con aplausos por un centenar de vecinos de Utrillas
Javier Escriche

Los vecinos de Utrillas dieron anoche una calurosa acogida a los 33 refugiados ucranianos que han viajado desde Cracovia (Polonia) hasta la localidad turolense en un autobús conducido por dos vecinos del municipio, José Manuel Villarroya y Gabriel Caffa. Cansados, tras 30 horas en la carretera, y con una fuerte carga emocional por las penurias vividas, los recién llegados se encontraron, al bajar del vehículo, con todo un pueblo esperándoles. Más de 100 personas les aguardaban con globos y lazos con los colores de la bandera ucraniana.

Los recién llegados, tres matrimonios de personas mayores y madres con niños, fueron obsequiados con flores, chocolate y pastas típicas, además de juguetes para los más pequeños. En la Residencia de los Investigadores, su nuevo hogar en los próximos días, les aguardaba una cena compuesta por sopa de verduras, tortilla de patata, empanada de atún, jamón y pollo.

"En Utrillas somos una familia y ahora más grande", explicó el alcalde, Joaquín Moreno, que encabezó el recibimiento. "Hemos querido darles calor humano y seguridad", añadió. El Ayuntamiento y la Comarca Cuencas Mineras han financiado el viaje y corren con los gastos de los 33 refugiados hasta que Cruz Roja se ocupe de ellos. Empresarios y particulares han hecho donaciones para que los recién llegados se sientan como en casa. "Todo el pueblo se ha volcado, me siento muy orgulloso de mis vecinos", recalcó Moreno.

Elvira Gil es una de las refugiadas que ha llegado a Utrillas. Le acompañan sus dos hijos, de 5 y 9 años de edad. "Mi corazón llora porque he dejado solo a mi esposo", dijo. La mujer se mostró muy agradecida por el afecto recibido. "No tengo palabras. Durante el viaje nos han tratado con mucho amor, parando siempre que lo necesitábamos; estoy muy emocionada". Relató que los 8 niños que van en la expedición subieron al autobús con cierta desconfianza, pero pronto se relajaron y empezaron a jugar y a mirar con curiosidad por las ventanillas el nuevo paisaje. En el grupo hay una profesora y propondrá colaborar en la instrucción de los chavales para evitar problemas con el idioma.

Manuel y su esposa, Natalia, de nacionalidad ucraniana, esperaban con impaciencia desde su casa en Zaragoza la llegada del autobús, pues en él venían los padres de ella, que hoy se desplazarán a la capital aragonesa. Manuel destacó que, frente a la dureza de la guerra, "impresiona la solidaridad y la empatía del ser humano".

Impactados también por lo vivido se mostraban los dos chóferes. "Hemos visto una situación caótica en la frontera, gente con miedo, sin equipaje, esperando a cualquier autobús", contó José Manuel Villarroya. Tras cuatro días en ruta y 6.000 kilómetros en el cuerpo, repetirían la experiencia. "Esto compensa, lo haría de nuevo nada más descansar, porque se ve la necesidad", dijo.

El alcalde, en una de las habitaciones de la Residencia de los Investigadores.
El alcalde, Joaquín Moreno, en una de las habitaciones de la Residencia de los Investigadores.
Javier Escriche

Refuerzo en Extranjería

La Brigada de Extranjería de la Comisaría de la Policía Nacional en Teruel ha reforzado con un segundo empleado y otro equipo informático el servicio en el que los ucranianos tramitarán su permiso de residencia. El subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro, explicó que empieza a haber ofrecimiento de viviendas y empleo para los recién llegados.

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