Un vecino de la capital turolense, David A. P., fue enviado este lunes a prisión provisional como sospechoso de haber intentado estrangular a su exmujer después de entrar a la casa de esta, un cuarto piso, por el balcón, hasta donde llegó escalando por la fachada del inmueble.

Los hechos ocurrieron la tarde del pasado domingo, 13 de febrero, en la zona de la Carretera de Alcañiz. El juez que decretó este lunes la entrada en la cárcel de David A. P., recalca en el auto correspondiente que existen indicios "razonables y fundados" para sostener que el investigado escaló y trepó por las canaletas del edificio hasta cuatro alturas, accediendo al interior de la casa de su expareja por el balcón, después de forzar la persiana y romper un cristal.

Una vez dentro, según relata el documento judicial, el acusado, tras una discusión y el intento desesperado de la víctima de sacarlo de la vivienda, se abalanzó sobre ella, la giró lateralmente y la agarró fuertemente por el cuello, tirándola al suelo y poniéndose encima de ella. Añade el auto que la mujer no podía respirar y sentía la asfixia y presión en el cuello hasta encontrarse "a punto de perder la conciencia; llegando incluso a orinarse encima del pánico que sentía".

Al parecer, solo cuando David A. P. vio que estaba ahogando a su expareja, quien manoteaba inútilmente, fue cuando la soltó del cuello. El parte médico y el informe forense plasman las distintas lesiones sufridas por la víctima y la causa de estas "siendo compatible con un intento de estrangulamiento". Tras recibir un aviso, agentes de la Policía Nacional desplazados al lugar de los hechos detuvieron al acusado esa misma tarde en los alrededores de la vivienda.

Para enviar a la cárcel de forma cautelar a David A. P., el juez ha valorado la declaración de la víctima, a la que considera dotada de "credibilidad sin margen de error o contradicción alguna", al desarrollar de manera precisa y exhaustiva lo ocurrido en su domicilio. El magistrado ve indicios racionales de que David A. P. podría haber cometido un delito de violencia contra la mujer, en su modalidad de lesiones de menor gravedad, y otro de allanamiento de morada.

Explica que, si bien al procesado le ampara la presunción de inocencia hasta que en un juicio se determine su responsabilidad, lo envía a prisión ante el riesgo de fuga que existe, dada la gravedad de las penas con las que se castigan los delitos que podría haber cometido. El allanamiento de morada con violencia está penado con cuatro años de cárcel.