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Alfonso Burgos: "Mitigar la soledad de otros hace feliz"

Nació en Toledo hace 38 años y se licenció en Murcia en Bellas Artes, especialidad de la que es profesor en el campus de Teruel.

Alfonso Burgos, profesor de Bellas Artes en Teruel. foto Antonio Garcia/bykofoto. 10/01/22[[[FOTOGRAFOS]]]
Alfonso Burgos, en el campus universitario de Teruel.
Antonio Garcia/Bykofoto

Su documental ‘La soledad de los que no existen’ sobre el voluntariado Acompañando Teruel, creado en 2020 para ayudar a personas que viven solas, se estrenó hace menos de un mes y ha cosechado ya tres premios internacionales. ¿Sorprendido?

Nos han premiado en La India como mejor película documental, en Los Ángeles como mejor película inspiradora y acabamos de obtener el gran premio del jurado a la mejor película social en un festival en Nueva York. Casi asusta que vaya tan rápido el reconocimiento.

¿A qué atribuye el éxito?

A haber trasladado un relato positivo sobre la soledad desde Teruel y dando a conocer el voluntariado que desarrolla Acompañando Teruel con muy buena acogida.

¿Por qué cree que llega a todo el mundo su mensaje?

Porque el problema de la soledad se sufre en todo el mundo. Nuestro relato llega desde una ciudad pequeña en la que unos ciudadanos ayudan a otros ciudadanos que lo necesitan. Es un mensaje positivo. A pesar de todo, hay lugar para la esperanza.

¿Por qué combina el dibujo con la imagen real?

Hicimos 10 entrevistas, pero tres entrevistados no quisieron salir en pantalla para no ser reconocibles por el estigma de la soledad. Desde la Facultad de Ciencias Sociales en Teruel se nos ocurrió proyectar esas escenas y sentimientos mediante dibujos, para complementar las entrevistas en las que solo disponíamos de la voz. El documental no se construye desde el punto de vista de un entrevistador. Los protagonistas son los usuarios y voluntarios del servicio, que hablan sobre la soledad.

¿Cómo es el Teruel que ha conocido haciendo el documental?

La sociedad turolense es solidaria. El programa Acompañando Teruel nació con el confinamiento por la covid y contó con cerca de 300 voluntarios. Es una proporción grande de la población total. Es una ciudad que puede ser ejemplo para otras más grandes. No necesita de grandes infraestructuras. Se trata de sacar tiempo para estar con otras personas.

¿Por qué decidió hacer un documental sobre esta iniciativa?

Ley una noticia sobre este programa y me pareció tan potente que merecía más visibilidad social. De ahí partió el documental. Le hemos dado un tono positivo, no queríamos darle un sesgo de tristeza o victimismo. Hay que entender que hay personas que viven la soledad desde un punto de vista positivo, porque la han elegido.

Pero en el documental hay personas mayores que se quejan de desatención.

Sí, varias personas con las que hablamos manifestaban ese sentimiento de abandono, de que se les había relegado a un segundo plano durante el tiempo que les quedase de vida.

¿Qué anima a los voluntarios a participar?

Cuando preguntamos a los voluntarios qué les aporta la participación, todos sonríen. Se sienten felices de compartir su tiempo. A los voluntarios les provoca una sensación de plenitud. Se sienten realizados. Ese tiempo que a ti te sobra y no sabes a qué dedicar lo empleas en otra persona. Recibir su agradecimiento te llena.

¿Cuál es el retrato robot del voluntario contra la soledad?

Son generalmente gente de mediana edad, pero durante lo más crudo de la pandemia, hubo mucha gente joven en Acompañando Teruel. Los jóvenes o personas de mediana edad que se sienten solos se ofrecen como voluntarios, porque tienen tiempo, energía y medios para desplazarse. Los usuarios son personas mayores con más limitaciones para desplazarse. Voluntarios y usuarios se complementan.

¿La pandemia ha provocado un estallido de solidaridad?

Con el inicio de la pandemia, surgieron buenos gestos por todos lados. Se dijo que sacaba lo mejor de nosotros, sobre todo al principio, cuando la covid nos llevó a una situación límite.

¿Saldremos de la pandemia mejores de lo que entramos?

Los usuarios de Acompañando Teruel nos contaban que no habíamos aprendido nada. Hay gente a la que se le ha despertado su vena solidaria, pero en general la sociedad sigue igual.

Tras una larga trayectoria como documentalista, ¿se plantea dar el salto a la ficción?

He hecho varios documentales y eso me gusta mucho. Por ejemplo, me siento realizado poniendo en valor el trabajo de los voluntarios, pero la ficción también me pica y me gustaría aportar un grano de arena para que en Teruel se pueda producir cine.

¿Está pensando en una escuela de cine?

Quizá es soñar despierto, pero sería muy bonito.

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