Teruel

Investigan si el mejor ingeniero militar de los Reyes Católicos era de Teruel

Antes de participar en la Guerra de Granada, Ramiro López construyó el Torreón de Ambeles de la capital turolense. Unas jornadas difunden su figura 

El concejal de Turismo, Javier Domingo, y el historiador Rubén Sáez, junto al Torreón de Ambeles de Teruel.
El concejal de Turismo, Javier Domingo, y el historiador Rubén Sáez, junto al Torreón de Ambeles de Teruel.
Heraldo

Segundo de Chomón, Antón García Abril, Javier Sierra y, ahora, quizá, Ramiro López. Este último, el ingeniero militar más cualificado del reinado de los Reyes Católicos, podría sumarse a la larga lista de turolenses ilustres. El equipo de historiadores que descubrió recientemente que fue él el autor del Torreón de Ambeles de Teruel -una joya de la arquitectura defensiva sin parangón en la Península Ibérica y probablemente en Europa- no descarta que el maestro naciera en Teruel.

“De Ramiro López se sabe muy poco. Todos hablan de que era aragonés, pero no sabemos de dónde exactamente. Sería la guinda del pastel que fuera turolense”, explica Rubén Sáez, uno de los historiadores que ha estudiado el Torreón de Ambeles. La oscuridad que rodea los orígenes del ingeniero renacentista y el hecho de que el Concejo de Teruel le encargara la obra antes de que el maestro obtuviera el reconocimiento en el reino de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, llevan a Sáez a indagar acerca de la cuna de este hombre, con el presentimiento de que podría encontrarse en Teruel.

Las investigaciones de los historiadores turolenses ya han hecho retroceder en ocho años la biografía profesional de Ramiro López. Hasta ahora arrancaba en 1483, participando en los asedios de Málaga o Ronda, ganando prestigio como constructor y maestro de artillería que crea fundiciones de cañones y diseña fortificaciones en la Península Ibérica y en el sur de Francia. Su huella está en la etapa cristiana de la Alhambra de Granada y en el castillo de Salses (en el Rosellón francés), inaugurado en 1504.

Pero Ramiro López empezó a trabajar antes, al menos así consta en documentos que se guardan en el Archivo Histórico de la Provincia de Teruel y que sitúan en 1475 el inicio de las obras del Torreón de Ambeles por encargo del Concejo de la ciudad. En 1482 los Reyes Católicos visitarían Teruel, alojándose en el Alcázar, un edificio ubicado justo detrás de la torre defensiva y hoy desaparecido, después de que su techumbre mudéjar fuera expoliada. Isabel y Fernando conocieron la obra de López y este entra entonces a su servicio en la Guerra de Granada.

“Esperamos que en los próximos años el estudio de la figura de Ramiro López siga dándonos muchas sorpresas -aventura Sáez-. Nos llevará tiempo averiguar si era turolense o comenzó a trabajar en Teruel siendo aragonés, pero hemos dado ya un paso de gigante y estamos muy ilusionados”.

El Ayuntamiento de Teruel ya ha decidido contactar con el propietario del torreón, la Diputación Provincial de Teruel, para ver de qué forma el torreón de Ambeles podría sumarse a la muralla de la ciudad como recurso turístico y cultural. Así lo anunció este miércoles el concejal de Turismo, Javier Domingo, quien coincidió con Rubén Sáez en la conveniencia de “poner en valor” la construcción defensiva.

El torreón, con planta en forma de estrella, es la obra más genuina de Ramiro López y el trabajo que lo catapulta a la fama, que en el siglo XV supuso ser contratado por los Reyes Católicos. El autor exportaría este diseño fuera de la Península a lo largo de toda su vida. Las múltiples caras de esta construcción potencian su capacidad defensiva, al no dejar ángulos muertos y permitir su salvaguarda con cañones en múltiples direcciones. “Fue una obra clave para defender Teruel”, subraya Sáez.

Mientras, el próximo sábado tendrá lugar en el Casino de Teruel una jornada temática sobre la ingeniería militar en la época de los Reyes Católicos que lleva por título ‘El maestro Ramiro López y el Torreón de Ambeles’. La actividad, que será inaugurada a las 10.30 por el concejal de Urbanismo de Teruel, Juan Carlos Cruzado, incluye conferencias y una mesa redonda sobre el futuro de la muralla de la ciudad en la que participan el historiador Rubén Sáez, el arqueólogo Javier Ibáñez y el historiador del arte José Casabona.

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