Si los presupuestos autonómicos de 2022 no incluyen 1,25 millones de euros para las obras de una unidad de radioterapia en el hospital San José de Teruel, la sociedad se movilizará. Este es el aviso que lanzaron este jueves la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Teruel, que reactivan su campaña para pedir que la capital turolense cuente con un acelerador lineal a la mayor brevedad posible y advierten de que 35.000 ciudadanos ya reclamaron hace 4 años este servicio.

Más de 300 pacientes al año tienen que desplazarse a Zaragoza para poder recibir radioterapia, lo que les obliga a realizar en una semana unos 2.000 kilómetros, a razón de 342 al día entre ida y vuelta de lunes a viernes. Además, como lamentó el presidente de la AECC en Teruel, Joaquín Larramendi, algunos enfermos que precisan el tratamiento con carácter paliativo no están siendo derivados a la capital aragonesa porque el beneficio de la radioterapia “no compensa” las molestias del viaje. Estas personas acaban recibiendo un tratamiento farmacológico “más agresivo y peor”.

La partida de 1,25 millones de euros permitiría construir el búnker que se necesita para la instalación de una máquina de radioterapia. Las obras durarían cuatro meses, por lo que ambas asociaciones calculan que, a finales de 2022, con toda seguridad, estarían finalizadas. Esto permitiría al Departamento de Sanidad del Gobierno aragonés comprar con fondos europeos un acelerador lineal para Teruel, al igual que se ha hecho con Huesca, al poderse cumplir la condición de que esté instalado en septiembre de 2023.

Tanto la AECC como la Federación de Vecinos rechazan la idea del Gobierno aragonés de esperar a que esté terminado el nuevo hospital de Teruel para poner en marcha una unidad de radioterapia, ya que, según denuncian, ello supondría carecer de esta prestación en la capital turolense hasta el año 2026. “Son tres años prolongando el sufrimiento a los turolenses y eso hay que tenerlo en cuenta”, subrayó el presidente vecinal, Pepe Polo.

Aunque la previsión del Departamento de Sanidad es que el futuro hospital de Teruel esté finalizado a lo largo de 2023, ambas entidades desconfían de esta fecha. Según advierten, el proyecto del nuevo centro hospitalario no contempla la construcción de un búnker para radioterapia, lo que obligará a realizar un modificado del plan y un exceso de obra que alargará los plazos. Sostienen, además, que la actual adjudicación de los trabajos por lotes “solo sirve para retrasar las obras, pues a veces interfieren unos con otros y hay que derribar parte de lo realizado”.

Larramendi destacó que su reivindicación cuenta con el apoyo de la Unidad de Radioterapia de Aragón, del Colegio Oficial de Médicos de Teruel y de la Junta de Personal del hospital Obispo Polanco. Aunque afirmó que la consejera de Sanidad, Sira Repollés, ha mostrado sensibilidad con la demanda de los turolenses al decidir que el nuevo hospital cuente con dicha prestación, “eso no es suficiente”.

Polo y Larramendi expresaron su confianza en que el Gobierno aragonés incluya en los presupuestos del año que viene el dinero suficiente para la construcción del búnker en el centro sociosanitario San José, pero remarcaron que, si no es así, "la sociedad turolense tendrá que movilizarse, porque será la gota que colme el vaso".

En su opinión, la promesa de la DGA de instalar en el nuevo hospital el aparato más moderno no justifica aguardar hasta 2026, “pues en dos o tres años no puede haber mucha variación”. La AECC y la Federación de Vecinos esgrimen que Teruel debe tener radioterapia sin más dilación, habida cuenta de la distancia que le separa de Zaragoza.