El alfar de los Górriz se abre al público en Teruel tras ocho años de restauración y 900.000 euros invertidos

Los vecinos de Teruel han podido conocer este sábado tras ocho años de trabajos y una inversión pública de 900.000 euros el resultado de la restauración del histórico alfar de los hermanos Górriz, cerrado desde finales de los años setenta del siglo XX y que fue el depositario de la tradición ceramista de la ciudad, que se remonta hasta la Edad Media. El alfar estuvo al borde de la ruina, pero la adquisición por el Ayuntamiento y su reparación han culminado en su reapertura como recurso cultural, educativo y turístico.

La jornada de puertas abiertas ha atraido a numerosos turolenses, algunos de los cuales –los más mayores– todavía recordaban el taller en funcionamiento. La mayoría lo han descubierto este sábado. El alfar se ha reabierto con dos exposiciones de las asociaciones ‘Alara, el legado de la arcilla’ y Acacia, que hasta el 15 de octubre muestran una colección de cerámica y una serie de dibujos de 16 árboles singulares de Teruel, respectivamente.

Uno de los visitantes, José Ramón Hernández, ha recordado que en su infancia conoció el taller en funcionamiento, pero también asistió a su clausura y abandono. Ha contado que, con sus amigos, entraban en el alfar para hacer trastadas y jugar con las numerosas piezas cerámicas que quedaron en su interior al cesar su actividad. "Estaba todo abandonado, pero también lleno de piezas de cerámica", ha rememorado al tiempo que reconocía que el horno más grande, que en su niñez, le parecía "enorme" ahora, ya adulto, se le antoja "pequeño".

La visita del embajador de Japón

El alfar, que mantuvo y revitalizó la tradición ceramista de Teruel, estuvo a cargo de los hermanos José Antonio, Ismael y Consuelo Górriz. Alcanzó su momento cumbre de popularidad cuando, a raíz de la fama que alcanzó su producción, fue visitado en 1965 por el embajador de Japón, Morisaburo Seki, y su esposa, que querían conocer el origen de las piezas que habían llegado a sus manos desde Teruel.

El Ayuntamiento anuncia que, tras las exposiciones, el alfar seguirá abierto con horario de fin de semana y con la posibilidad de utilizarlo para actividades de asociaciones y educativas. 

La arquitecta encargada de la restauración, Alejandra Julián, ha explicado que la apertura ha generado "expectación" entre el vecindario tras casi una década de obras. "La gente no sabía que todo esto estaba aquí", ha comentado Julián mientras recorría el taller, que incluye tres hornos, obrador y otras estancias. Ha explicado que la visita al alfar de los Górriz permite conocer todas las fases de la elaboración de la cerámica, desde la molturación de la arcilla hasta la cocción. 

La arquitecta y presidenta de Alara ha recordado que el mudéjar se basa en la producción cerámica, una actividad que ha moldeado el paisaje del entorno urbano, con el paraje conocido como Las Arcillas vinculado a la extracción de la materia prima de los alfareros. 

Te puede interesar

Ganar Teruel denuncia el mal estado de conservación del parque de Las Arcillas

La presidenta de Acacia, Carmen Sanz, ha manifestado su interés por colaborar en la dinamización del taller, un lugar "estupendo" para animar la vida cultural de la ciudad y también como referente turístico. Ha añadido que la visita al complejo alfarero puede ser un punto de partida perfecto para recorrer el parque de Las Arcillas, salpicado de antiguas canteras par la extracción de materia prima.

Jorge Escudero

Para dinamizar la jornada, un herrero, Nacho Díaz, y dos ceramistas, Trini Espallargas y Eloy Moreno, realizaron demostraciones de su oficio de cara al público. 

Fina Villarroya, secretaria de Alara, se ha felicitado por la apertura al público, pero ha reclamado la restauración el alfar contiguo al de los Górriz, que perteneció a la familia Abril pero que actualmente es propiedad municipal. Sus dimensiones son similares al que acaba de ser restaurado pero está en ruinas y sumido "en la desidia mas absoluta".