Teruel

La provincia de Teruel pierde dos de sus 20 águilas perdiceras

Fueron halladas muertas al pie de un poste eléctrico en Crivillén. Una falleció por electrocución y la otra por colisión

Dos ejemplares de águila perdicera en un paraje de la localidad de Obón.
Dos ejemplares de águila perdicera en un paraje de la localidad turolense de Obón.
Manuel Górriz

La Fiscalía de Medio Ambiente de Teruel investiga la muerte de dos águilas perdiceras halladas al pie de un poste eléctrico en Crivillén en enero de 2020. Eran dos hembras, una joven y la otra adulta, que fallecieron por electrocución y colisión, respectivamente, según reveló la necropsia.

En 2019, en la provincia quedaban solamente 20 ejemplares de águila perdicera, una especie en grave peligro de extinción debido, entre otras causas, a la presencia de infraestructuras humanas, la caza ilegal y el aumento de la práctica de algunas actividades deportivas, como la escalada.

Como explica el jefe de Sección de Biodiversidad del Servicio Provincial de Agricultura y Medio Ambiente, Antonio Pérez, hay en la provincia seis parejas que nidifican y sacan adelante sus polluelos, a las que habría que sumar algunos ejemplares que, debido a su juventud, viven aún de forma individual y que elevarían a 20 el número de águilas perdiceras.

Las seis parejas se localizan en Alcorisa, Arens de Lledó, Calanda, Alcañiz, el embalse de Santolea y Abenfigo –pedanía de Castellote–. También han sido vistas águilas perdiceras en Ráfales, Obón, Estercuel y Albalate del Arzobispo, pero no hay constancia de que se ubiquen permanentemente en estos territorios. En Beceite, debido a la cada vez mayor presencia de escaladores, la pareja que habitaba allí se marchó hace siete años, destaca Pérez.

"Es una especie muy delicada", advierte Antonio Pérez, quien señala que de las seis parejas de Teruel que había en 2019, solo salieron adelante cinco pollos. Contrariamente a lo que parece indicar su nombre, el águila perdicera se alimenta sobre todo de palomas.

Desde la aprobación en 2008 de un Real Decreto que establece medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y electrocución en líneas eléctricas de alta tensión para minimizar la afección a las aves, los titulares de las infraestructuras han venido realizando actuaciones de mejora. El problema radica en las instalaciones anteriores a 2008, para las que no existe la obligatoriedad de actuar.

La Fiscalía indagará para ver si concurre algún tipo de delito en la muerte de las dos águilas perdiceras en Crivillén. En caso contrario, dará traslado al Servicio de Medio Ambiente del Gobierno aragonés para que prosiga con el expediente administrativo sancionador y de responsabilidad medioambiental abierto.

Se estima que el valor de las dos aves, teniendo en cuenta factores ambientales y de reposición, asciende a más de 25.000 euros. A lo largo de 2020, los agentes del medio natural en la provincia de Teruel notificaron 27 denuncias por electrocución de aves.

La Guardia Civil recibe habitualmente cursos de formación organizados por la Fiscalía General del Estado sobre legislación medioambiental y en concreto sobre las medidas para la protección de la avifauna contra la colisión y electrocución en líneas eléctricas de alta tensión. Este cuerpo de seguridad ha desarrollado operaciones para detectar el impacto de las infraestructuras humanas en la pervivencia de las aves.

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