Teruel

"Mira, hijo: este policía te ha salvado la vida"

El agente Luis Manuel Bernáldez practicó la maniobra ‘Heimlich’ a un niño en la capital turolense, evitando que se atragantara con una golosina

El policía nacional Luis Manuel Bernáldez, en el lugar en que ocurrió el suceso.
El policía nacional Luis Manuel Bernáldez, en el lugar en que ocurrió el suceso.
Jorge Escudero

El policía nacional Luis Manuel Bernáldez se acordará siempre del pasado 3 de septiembre, cuando salvó la vida a un niño de apenas dos años de edad que se estaba atragantando con una golosina en forma de fresa

Fue a la salida de un supermercado del barrio turolense de San Julián. El agente, fuera de servicio, vio a una madre desesperada intentando extraer con los dedos de la garganta de su hijo el objeto que le impedía respirar. Sin pensarlo siquiera un segundo, cogió al niño de los brazos de la madre y empezó a realizarle la conocida maniobra ‘Heimlich’, logrando que el bebé expulsara el cuerpo extraño y recuperase el aliento. La mujer, hecha todavía un manojo de nervios, reunió las fuerzas suficientes para agradecer profundamente al agente su acción y decirle a su hijo: "Mira, este policía te ha salvado la vida".

Una vez que el niño se encontraba en perfectas condiciones y tras comprobar que no necesitaba ningún tipo de asistencia sanitaria, la madre del menor abandonó el lugar junto con su otra hija, de seis años, que contempló paralizada el suceso. También el agente de paisano se encaminó hacia su coche, con el que se había desplazado hasta el supermercado.

Bernáldez rememoraba este lunes lo sucedido, después de que la Comisaría turolense emitiera un comunicado haciendo pública su actuación. "No fui consciente de que podría haber sido una tragedia hasta que, pasado el susto, subí a mi coche y regresé a casa. Yo también soy padre y estoy muy sensibilizado con el riesgo de atragantamiento que sufren los niños", explicó. "En aquellos momentos, solo deseaba que a aquel niño no le pasara nada estando conmigo", subraya.

Recuerda que en su formación como policía prestó "especial atención" al aprendizaje de la técnica para evitar el atragantamiento de un niño, "una maniobra muy sencilla que todos deberíamos conocer", apostilla. 

Bernáldez alberga ahora la esperanza de volver a ver al niño ante el que se transformó en un ángel de la guarda. Quiere saber cómo se encuentra y verlo sonreír tras sentir que un lazo invisible lo une a él tras aquellos momentos terribles. 

Pese a lo ocurrido y al aluvión de felicitaciones que ha recibido en los últimos días, asegura que no se siente un héroe. "Estoy muy orgulloso de lo que hice, pero cualquier compañero habría actuado de la misma forma", afirma. 

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