Teruel

La plantilla de Tarmac en el aeropuerto de Teruel alcanza los 170 empleos, un 34% más que antes de estallar la pandemia

La empresa espera agotar el parking para aviones, que cuenta con 120 plazas, el próximo mes de julio

Teruel
El director de Tarmac, Pedro Sáez, bajo uno de los A380 aparcados en el aeropuerto de Teruel.
Jorge Escudero

El aeropuerto de Teruel está a pleno rendimiento en estacionamiento, mantenimiento y desmantelamiento de aviones gracias a las llegadas con el parón aéreo causado por la covid-19. La empresa Tarmac Aragón, concesionaria de estas actividades, registra un récord de plantilla con 170 trabajadores, un 34% por encima de los 130 que tenía hace un año, antes de estallar la pandemia.

La presencia de aviones alcanza también máximos históricos, con 114 unidades estacionadas en la campa, cerca del tope de capacidad del aeropuerto, cifrado en 120 aeronaves de gran tamaño. Desde Tarmac adelantan, no obstante, que tienen reservas para agotar las escasas plazas libres el próximo julio.

El número de aeronaves se ha disparado hasta duplicar sobradamente las cifras de hace tres años. En octubre de 2018, había 54 aviones aparcados en la campa y en marzo de 2020, al estallar la pandemia, la cifra había crecido hasta 75. Durante el primer año de la covid-19, la ocupación ha crecido un 52%.

Las tareas a las que son sometidos todos los aviones al llegar al aeropuerto se recogen en los manuales de cada modelo de aeronave. El programa de conservación, que se ajusta a las necesidades de cada compañía, incluye distintas operaciones con diferente periodicidad. Durante la vida útil de un avión comercial, están programadas 5.000 tareas de mantenimiento.

Los trabajos se llevan a cabo con intervalos de 7 días, 15 días, un mes, tres meses y seis meses. Las operaciones más sencillas se abordan semanalmente y las más complejas semestralmente. Cada semana, se inspecciona visualmente la aeronave y se mueven las ruedas del tren de aterrizaje, mientras cada medio año se procede a una lubricación completa del aparato y se revisa la unidad de potencia auxiliar (APU, en las siglas inglesas), entre otras tareas.

Todas las aeronaves son sometidas a un tratamiento inicial que incluye la lubricación del tren de aterrizaje y de los mandos de vuelo, tapar todos los huecos incluidos los motores y colocar productos desecantes en los espacios donde pueda haber condensación.

El director de Tarmac Aragón, Pedro Sáez, señala que algunos elementos de los aviones estacionados pueden ser reutilizados temporalmente por otras aeronaves operativas. Es relativamente frecuente desmontar motores para reinstalarlos en aviones que están activos y que precisan de repuestos. Más excepcionalmente, se montan los aviones sobre gatos hidráulicos, para retirar el tren de aterrizaje para reinstalarlo en unidades del mismo modelo que están en uso.

En algunas ocasiones, los aviones llegan a Teruel para morir en la planta de desmantelamiento, una solución que se aplica en el 20% de los casos, un final que suele llegar a partir de los 25 años de vida. El restante 80% recibe un tratamiento de conservación para volver a volar. Aunque la inmensa mayoría de los aviones aparcados o desmantelados en Teruel son de pasajeros, también ha habido algunos aviones de mercancías. Muchas aeronaves de pasajeros terminan sus días como aviones de carga tras su adaptación.

Sáez aclara que la recuperación del sector aeronáutico cuando la pandemia lo permita no tiene por qué comportar una caída de la carga de trabajo, porque la reducción de las largas estancias en la campa podría compensarse con un aumento del trabajo de puesta a punto de aviones y labores de mantenimiento de corta duración.

130 kilos de desecante en cada motor de los A380

Tarmac Aragón bate su propio récord de Airbus A380 estacionados en Teruel al sumar 14 unidades, la última, llegada de Alemania este viernes. Las aeronaves, del modelo de avión de pasajeros más grande actualmente, con 73 metros de longitud y 78 de envergadura de alas y con capacidad para hasta 800 pasajeros, descansan a la espera de su destino cuando el sector aéreo retome el pulso tras la pandemia.

Su gran volumen comporta un despliegue simultáneo de hasta 16 trabajadores para las labores de conservación más complejas. Una de las tareas es preservar los depósitos de combustible y otros espacios de la humedad derivada de la condensación. Estos gigantes del aire requieren de 130 kilos de producto desecante –similar a las bolsas de gel de silicio que se colocan en los bolsillos de los abrigos o en las cajas de zapatos– por cada motor.

Los A380 estacionados en Teruel pertenecen a las compañías Air France, British Airways y Lufthansa, aunque la mayoría corresponden a esta última empresa. El director de Tarmac Aragón, Pedro Sáez, reconoce que hay mucha "incertidumbre" respecto al futuro de este avión, pero explica que los 14 aparatos aparcados en Teruel reciben cuidados con la "vocación" de retomar el vuelo.

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