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Teruel disfruta del febrero más cálido tras el enero más gélido

El observatorio de Torremocha registra la máxima temperatura mensual inmediatamente después del récord de frío que dejó Filomena.

Temperatura media mensual del mes de febrero registrada en el observatorio de Torremocha.
Temperatura media mensual del mes de febrero registrada en el observatorio de Torremocha.
Heraldo.es

El mes de febrero de 2021 ha resultado en Teruel el más cálido de las últimas cuatro décadas, un hito que llega inmediatamente después de que enero fuera el mes más frío del mismo periodo. El acusado contraste de temperaturas ha sido registrado en el observatorio meteorológico de Torremocha del Jiloca, gestionado por el divulgador Vicente Aupí, que admite su desconcierto sobre las causa climatológicas de semejante oscilación.

El pasado febrero se cerró con una temperatura media de 7,3 grados, la más alta en los 35 años del observatorio de Torremocha. Superó el anterior récord de febrero de 1990, con 7,2 grados. El registro de 2021 contrasta con los -0,2 grados de media registrados en 2012 y 2005.

La bonanza meteorológico de febrero de 2021 llega tras un enero de heladas extremas que se saldó con una temperatura media mensual de 1,1 grados bajo cero, récord para ese mes en los registros de Torremocha. La acumulación de las condiciones ideales para fuertes heladas tras el temporal Filomena -cielo despejado, viento en calma y suelo nevado- dejó, entre otros resultados, una helada de -26,5 grados el 12 de enero en la localidad.

A continuación llegó febrero con la media mensual más alta en 35 años y una máxima de 20,2 grados el día 16, o lo que es lo mismo 46,7 grados más que la registrada un mes antes.

Vicente Aupí apunta que el febrero tan cálido puede responder a la tendencia del calentamiento global. Más concretamente, señala que ha sido decisivo el cambio en la circulación atmosférica, que ha sustituido la llegada de aire polar de enero por vientos procedentes del sur que traían masas de aire de latitudes cálidas. 

Reconoce, no obstante, que con estos acusados cambios térmicos el invierno está resultando “muy extraño”. Aclara que febrero es un mes “anárquico” por la acusada variabilidad entre años. En 1956 fue el causante de una de las peores olas de frío que ha soportado España en el último siglo, lo que provocó, entre otras consecuencias, la destrucción de olivar por congelación en amplías extensiones de Aragón.

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