La compañía Proyecto Caravana de Olba despide 2020 con 70 funciones representadas en plena pandemia

Una compañía de teatro surgida en la localidad turolense de Olba -230 vecinos-, Proyecto Caravana, ha dado la campanada con su obra ‘De puertas para adentro’, una instalación cultural y artística que da visibilidad a la lacra social de la violencia de género. Sus autores, Josebi Pepiol Bello y Marta Enguís, han recorrido con ella en plena pandemia las provincias de Teruel, Castellón y Valencia realizando 70 funciones.

La obra utiliza la fórmula del radioteatro y convierte al público en parte imprescindible de la acción. Pepiol y Enguís, en una línea argumental que recuerda a ‘Historia de una escalera’ de Buero Vallejo, presentan cinco diálogos grabados previamente con las voces de los vecinos de Olba. Los asistentes los escuchan subiendo al escenario y pegando, literalmente, la oreja a otras tantas puertas del rellano de un bloque de viviendas.

En cada puerta, el espectador oye una conversación de los inquilinos de la casa que debe hacerle reflexionar. En una de ellas, una adolescente plantea a su madre, en el momento en que esta le da las buenas noches, que su vida poco ha tenido que ver con los cuentos de princesas que le leyó de niña antes de dormirse. En otra, un vecino ha escuchado gritos en el piso de abajo y ha acudido a preguntar si necesitan ayuda.

"Ponemos el foco en la transformación del hombre; para hacer frente al problema es necesario un cambio de valores", subraya Marta Enguís en alusión a otra de las historias, que habla de las relaciones sexuales no consentidas en el ámbito de la pareja y de cómo estas "comienzan con momentos de dominación muy sutiles que hay que saber detectar".

Escrita para un público juvenil y adulto, ‘De puertas para adentro’ se ha estado representando desde julio hasta hace unos días en las plazas de los pueblos y en los institutos de Educación Secundaria Obligatoria. Ayuntamientos, comarcas, diputaciones provinciales y programas Leader han requerido a Proyecto Caravana. Las últimas funciones de la exitosa gira fueron contratadas por el Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ), dependiente del Gobierno aragonés. La compañía descansa hasta enero, cuando retoma su actividad en la zona del Matarraña.

"Han sido muchos pueblos, mucha carretera, muchos hoteles; estamos orgullosos de nuestra tierra, de ver cómo proyectos que nacen en un pequeño territorio tienen éxito, y todo ello en un momento muy complicado para el arte y la cultura, como está siendo la pandemia", explica Pepiol. "Para nosotros -continúa- es importante que el aula de teatro de Olba, donde fueron grabadas las voces de los vecinos, esté de gira por España; significa que en el mundo rural hay iniciativas, actividades culturales, ideas diferentes con las que se puede tirar para adelante".