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La restauración del castillo de Valderrobres descubre vestigios de la primitiva fortaleza

Han aparecido desagües del siglo XII, una cocina, un cadalso y una estancia que podría ser el "salón dorado", un cámara privada del arzobispo.

Muro de la fortificación con elementos del castillo original, del siglo XII.
Muro de la fortificación con elementos del castillo original, del siglo XII.
Heraldo.es

Las obras de restauración del castillo de Valderrobres, una obra levantada en el siglo XIV, fundamentalmente, han sacado a la luz vestigios de cómo era la fortaleza en su primera etapa, hacia el siglo XII. Unos restos que sin estos trabajos hubieran sido imposibles de detectar. En concreto, como explica el director de la Fundación Valderrobres Patrimonial, Manuel Siurana, "han aparecido los desagües del castillo original, una cocina o despensa, un cadalso y una estancia que todo parece indicar que sería una cámara dorada o salón dorado, es decir, las habitaciones privadas del arzobispo de Zaragoza".

El cadalso es un matacán de madera, formado por vigas inferiores y superiores y una estructura defensiva similar a un balcón. En opinion de Siurana, "este cadalso podría ser del siglo XII, por lo tanto, uno de los elementos originales más antiguos y mejor conservados". Se han localizado las vigas o barrotes de madera que lo conformaban y para constatar su edad una de las vigas está en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Barcelona para su análisis por el método del Carbono-14.

Con este estudio, continúa explicando Siurana, "la dataremos cronológicamente lo que nos permitirá saber la fecha exacta de la construcción de la primera fortaleza que creemos que fue hacia el año 1200". Posteriormente, en el siglo XIV el castillo se transformó en palacio y en dos fase se se construyó el edificio que conocemos actualmente. Precisamente, la Fundación Valderrobres Patrimonial ha iniciado los trámites para obtener los permisos de Patrimonio para su reedificación.

En cuanto al descubrimiento de la cámara o salón dorado ha servido para conocer su ubicación exacta tal y como venía explicada en unos documentos fechados en el siglo XVI. Concretamente, recalca Manuel Siurena, "pertenecería a la parte noble del castillo que estaba hundida y era la zona en la que más interés habíamos puesto por recuperar". Tras el descubrimiento se ha podido saber que tenía un muy buen artesonado de madera del que no quedan restos pero se intuye que era de una gran calidad artística.

Estos restos que ahora han salido a la luz van a servir para revalorizar todavía más el ya imponente castillo de Valderrobres a la espera de seguir descubriendo más cosas. "Están siendo unos descubrimientos importantísimos y muy interesantes ya que en cuanto estén catalogados servirán para ampliar todavía más la visita a esta fortaleza", concluye Siurana. Es el caso de las despensas que en unos quince días podrán ser visitadas. Aquellos que lo hagan comprobarán cómo estaba distribuida esta estancia y algunos de los elementos que la componían como una bancada, una zona para lavar la vajilla o el pozo o nevera en la que acumulaban el hielo.

El siguiente paso será el trabajo de desescombro y limpieza de la bodega que también comenzará en breve y para lo que ya se han instalado tanto los andamios por la parte exterior como también por la parte interior.

En relación a las visitas que ha tenido el castillo valderrobrense durante este verano, las cifras van parejas a los buenos datos turísticos que está registrando la comarca del Matarraña. En este aspecto el número de visitas están solamente un 20% por debajo de las registradas en las mismas fechas el año pasado. Un dato que Siurana ha valorado como "bueno" vista la situación en la que estamos inmersos.

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