El 75% de las casas de Loscos, unas 225, han resultado afectadas por la tromba de agua y granizo caída este martes sobre la localidad, que en apenas media hora descargó entre 80 y 90 litros por metro cuadrado. Así lo explica el alcalde del municipio, Pedro Elías, quien afirma que muchas de las viviendas presentan goteras por rotura de tejas, filtraciones por acumulación de agua en laderas próximas o daños tras haberse inundado patios, garajes y habitaciones situadas en plantas bajas. En el propio ayuntamiento, la granizada provocó la caída de una parte del falso techo de escayola quedando anegada la secretaría y afectando al material informático instalado allí.

Los vecinos terminaban de limpiar ayer con bayetas y fregonas el agua y el barro que se había colado en las casas la tarde anterior. "Hemos sacado seis cubos de agua solo de una habitación", relató Miguel Andréu, quien lamentó que en muchas viviendas se han estropeado muebles, electrodomésticos, ropa guardada en armarios y distintos enseres.

Antonio García/Bykofoto

La tormenta desbordó el río Pilero, cuyo caudal derribó tapias de huertos y cubrió por entero balsas de riego. Si bien la cosecha de cereal estaba prácticamente recogida, el agua y el granizo afectaron también al cultivo de la trufa, al llevarse por delante buena parte de la tierra de los campos plantados de encinas micorrizadas. "Durante un rato, el Pilero parecía el Ebro", dijo el alcalde para ilustrar la enorme crecida que experimentó el río.

Los equipos del Servicio de Vías y Obras de la Diputación Provincial de Teruel lograron retirar a primera hora de la mañana de ayer la gran cantidad de barro que había cortado la carretera entre Loscos y Badenas. Aún así, se recomienda circular con precaución por el tramo afectado, pues todavía queda tierra sobre la calzada que no podrá ser eliminada hasta que el terreno esté seco y que dificulta el tránsito de vehículos.

Heraldo

Vecinos de Loscos relatan haber pasado "miedo" durante la granizada, que estuvo acompañada de un fuerte viento. Unas 40 personas que la tarde del martes se encontraban en las piscinas de la localidad tuvieron que refugiarse en el pabellón polideportivo cercano cuando empezó a caer el pedrisco. "Muchos temíamos que el techo saliera volando, parecía que el mundo se acababa", confesó uno de los habitantes.

La población atribuye los destrozos provocados por el desbordamiento del río a "una falta de mantenimiento del cauce". Según explican los vecinos, hay troncos de árboles depositados en el lecho del Pilero desde hace años, lo que, en su opinión, habría acrecentado las inundaciones por el término municipal. "Nos quedan diez días de limpiar barro por el pueblo", afirmó un hombre.