Teruel

Cantavieja restaura el sepulcro gótico de Gonzalo de Funes, una pieza casi única en Aragón

Los trabajos, a cargo de la Fundación Santa María de Albarracín, han costado 9.000 euros

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Un grupo de vecinas de Cantavieja posa delante del sepulcro tras su inauguración esta tarde.
Heraldo

Cantavieja ha mostrado al público este domingo los resultados de los trabajos de restauración llevados a cabo en el sepulcro gótico perteneciente a Gonzalo de Funes, bailío del municipio y más tarde capellán de Amposta (Tarragona). El monumento se conserva en la iglesia de San Miguel de la localidad.

Se trata de una obra de principios del siglo XV casi única en Aragón, pues solo existe en La Seo de Zaragoza otro monumento fúnebre de esta época conservado en el espacio para el que fue tallado y con una iconografía similar. Existieron otros, pero han desaparecido o sus piezas fueron extraídas y se encuentran en museos.

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Detalle del sarcófago de Gonzalo de Funes que se conserva en la iglesia de San Miguel de Cantavieja.
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Así lo explica Sonia Sánchez, técnico de la Comarca del Maestrazgo encargada del área de restauración de patrimonio, quien destaca que el sepulcro de Gonzalo de Funes “es el ejemplo más notable de enterramiento con decoración escultórica del periodo gótico en la provincia de Teruel”.

La obra, situada en una hornacina en la cabecera de la iglesia, fue realizada en alabastro y se encontraba muy deteriorada debido a la humedad del muro al que está adosada. Los trabajos de restauración, a cargo de la Fundación Santa María de Albarracín y con un coste de 9.000 euros, se han centrado en la limpieza, el afianzamiento de las tallas originales -de gran calidad- y en la colocación de material de aislamiento entre el sepulcro y la pared para evitar nuevos daños por humedad y filtraciones.

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El presidente de la Comarca del Maestrazgo, Roberto Rabaza; el alcalde de Cantavieja, Ricardo Altabás; y el director de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, durante el acto de presentación.
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Para su restauración, se extrajo el sepulcro de su emplazamiento original pieza a pieza. En su interior no había restos humanos, solo tierra con la que se había rellenado el sarcófago. Una vez rehabilitado, fue colocado de nuevo en la hornacina situada en la cabecera de la iglesia de San Miguel. La intervención ha sido financiada por la Comarca del Maestrazgo y el Ayuntamiento de Cantavieja.

El acto de presentación de los trabajos ha consistido en una explicación del proceso de restauración acompañada de la proyección de un vídeo. A continuación, en grupos reducidos, los asistentes han podido dirigirse al monumento fúnebre, para verlo en todo su esplendor.

El alcalde de Cantavieja, Ricardo Altabás, ha resaltado que el sepulcro es “una de las joyas patrimoniales” que se conservan en la localidad y ha apostado por la conservación de aquellos monumentos que son seña de identidad de los pueblos.

El director gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, ha destacado que en los últimos años está surgiendo “una semilla de buen hacer en la restauración del patrimonio” en la provincia de Teruel que dará, a la postre, muy buenos resultados, pues se trata de recuperar monumentos emblemáticos para la población que atraen turismo y riqueza.

En la iconografía de la obra se aprecia, según relata Sonia Sánchez, "la ceremonia fúnebre con el obispo y cuatro frailes franciscanos, monjes llorones bajo arquerías y cuatro leoncillos sujetando la caja del sepulcro". "En la parte más alta -continúa Sánchez- se encuentra el alma del difunto elevada por dos ángeles a los cielos, donde le espera Dios con la bola del mundo".

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