patrimonio

El Ayuntamiento de Teruel adjudica por segunda vez la última fase para restaurar el histórico alfar de los Górriz

La crisis del coronavirus puso en apuros la financiación de las obras, con un coste de 164.535 euros.

Interior del taller de cerámica de los hermanos Górriz, en San Julián.
Interior del taller de cerámica de los hermanos Górriz, en San Julián.
Antonio Garcia/Bykofoto

La contratación de la tercera y última fase de restauración del taller alfarero de los hermanos Górriz en Teruel abre las puertas al aprovechamiento turístico, educativo y cultural del último alfar de cerámica tradicional de la ciudad, que mantuvo viva la llama de esta especialidad entre los años cuarenta y setenta del siglo XX. Las obras, con un presupuesto de 164.535 euros, ha sido adjudicadas este lunes por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento a la empresa Construcciones Garllén con un plazo de ejecución de seis meses. Es la segunda vez que se adjudica esta obra tras resolver la anterior contratación al no comparecer la empresa elegida.

La tercera fase culminará la recuperación del antiguo alfar, en el que se han invertido ya en torno a un millón de euros, entre la compra de la finca y las dos primeras fases de restauración, llevadas a cabo con la financiación del Fondo de Inversiones de Teruel. La adjudicación de la tercera etapa de las obras ha sido saludada con aplausos a las puertas de la Casa Consistorial por el colectivo vecinal Acacias, que llevó a cabo una recogida de firmas para reclamar la finalización de la rehabilitación. También Espacio Municipalista preguntó en el pleno sobre las intenciones del equipo de gobierno PP-Cs respecto a esta elemento patrimonial.

La alcaldesa, Emma Buj, ha reconocido que la tercera fase peligró como consecuencia de los ajustes económicos derivados de la crisis pospandemia, pero finalmente la financiación ha quedado asegurada. Dijo que la recuperación del taller alfarero es "importante" para la historia y el urbanismo de la ciudad, además de generar un nuevo recursos turístico.

Buj ha manifestado sus "dudas" respecto a la fórmula de gestión porque, según ha indicado, es complicado conveniarla con una asociación –se han barajado la Fundación Ollerías Siglo XXI y la Asociación de Vecinos de San Julián–. Ha señalado que sus preferencias pasan por contratar la explotación con una empresa, como ocurre actualmente con la muralla y los aljibes de la plaza del Torico.

Las obras pendientes consisten en la consolidación de dos hornos de cocción y el acondicionamiento de unos aseos. Junto al alfar se abrirá también el centro de interpretación del parque de las Arcillas, un espacio cercano con varias canteras para obtener materia prima de la cerámica. La alcaldesa ha indicado que el equipamiento preciso para abrir al público el taller cerámico será mínimo.

Por otro lado, la reparación del Puente de la Equivocación, en precario estado de conservación, afronta un nuevo contratiempo después de haberse adjudicado en una tercera licitación tras dos concursos fallidos. La empresa seleccionada, Tecyrsa, ha entrado en concurso de acreedores y sigue sin responder a la propuesta de modificación del proyecto remitida por el Ayuntamiento para la incorporación de unas conducciones eléctricas. El proyecto para reparar el puente, uno de los principales accesos a la ciudad, tiene un coste de 335.000 euros tras el modificado, que obligó a parar las obras después de iniciadas.

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