El guardia civil del puesto de Muniesa herido este lunes por los disparos de escopeta del delincuente Pedro Lozano, apodado Rambo de Requena, abandonó este miércoles la uci del Miguel Servet de Zaragoza y pasó a una planta del mismo centro hospitalario. El agente, que resultó lesionado cuando, acompañado de otro componente de la Benemérita, logró cercar al malhechor, sufre una fractura de antebrazo por la que ya ha sido operado con éxito. Los perdigones le alcanzaron también el estómago, si bien, por suerte, solo de forma superficial, por lo que, pese a no llevar el chaleco antibalas que tenía asignado como dotación, la munición no llegó a penetrar en la cavidad abdominal.

El Rambo de Requena, que ese mismo día recibió un disparo en la pierna tras apuntar con su escopeta a los agentes que le perseguían y que finalmente le dieron caza en el monte de Andorra, sigue en la uci del Servet a la espera de que remita la infección que padece y pueda ser operado de una fractura de fémur. Al parecer, el fugitivo se cayó mientras era seguido por la Policía. Sufre también una lesión ocular por una esquirla de bala que le llegó al fondo del ojo, si bien su evolución general es buena, ha sido desintubado y este jueves podría pasar a planta –a un módulo penitenciario–, explican fuentes hospitalarias.

En torno a los hechos se ha abierto una investigación y las primeras conclusiones están siendo remitidas al juzgado de Alcañiz que estaba de guardia el pasado lunes. El delincuente, quien, por los hechos ocurridos en Muniesa y Andorra, será acusado de dos delitos de lesiones y otro de atentado contra la autoridad, todavía no ha podido prestar declaración.

Tras tres meses en busca por la Policía de Valencia, el Rambo de Requena, de 28 años y domiciliado en Sagunto, robó el pasado lunes un todoterreno en el Castellar y se desplazó a Muniesa, donde fue descubierto. Un vecino suyo relató este miércoles que la familia de Lozano no tiene medios para subsistir y que el joven era, de pequeño, "una buena persona".

"Me disparó a la cara; pensé que no lo contaba"

Heraldo

Juanjo Martínez, un bodeguero de la aldea valenciana de Ahillas, fue la última víctima del Rambo de Requena antes de que este entrara en la provincia de Teruel. El pasado 25 de mayo, estaba en el campo mostrando sus viñas a unos clientes cuando el delincuente se subió a su coche y arrancó, quedando al poco atascado en una piedra. Cuando el bodeguero logró llegar hasta el vehículo, recibió un disparo de fogueo en la cara que lo tiró al suelo. El Rambo de Requena cargó su escopeta y apretó de nuevo el gatillo. "Pensé que no lo contaba", recuerda Martínez. Su coche apareció volcado a tres kilómetros.