La Comarca del Maestrazgo ha decidido cerrar temporalmente su coto micológico, uno de los más grandes de la provincia de Teruel con una extensión de 10.000 hectáreas, para evitar contagios por la covid-19. El lugar habría empezado a recibir estos días a los primeros recolectores, que buscan setas de primavera, pero la institución supramunicipal ha preferido frenar la llegada de visitantes en sintonía con las restricciones a la movilidad que la pandemia ha impuesto a la población.

"No queremos que el coto se convierta en un reclamo para que toda la gente salga al monte", explica el presidente de la Comarca del Maestrazgo, Roberto Rabaza, quien añade que, en última instancia, el objetivo de la medida es "impedir que se produzca un brote de coronavirus en una población muy envejecida y, por tanto, muy frágil". Según señala, en la comarca solo se han registrado hasta ahora dos casos de infección por covid-19, uno en Cantavieja y otro en Castellote.

La clausura del coto podría acarrear graves pérdidas económicas para la zona. El año pasado se vendieron 8.000 pases a cinco euros cada uno para recoger setas durante una jornada, pero en años de abundantes lluvias se han llegado a expedir 21.000 permisos. "No es solo la venta de tiques. Esas 21.000 personas se toman un café en el bar del pueblo y compran productos de la zona", subraya Rabaza. "El coto micológico –continúa– mueve mucho dinero".

No obstante, la institución confía en que la pandemia siga en descenso y permita abrir el coto el próximo otoño, la época con más abundancia de setas y la más rentable para los municipios que participan de esta zona reservada. En el resto de la provincia, también se han cerrado los cotos micológicos de Mosqueruela y la Sierra de Albarracín. Este último está gestionado por la Comunidad de Albarracín y su presidente, Benito Lacasa, explica que la clausura permitirá analizar en los próximos meses con detalle los recursos del parque.