¿Qué impacto va a tener la crisis sanitaria provocada por el coronavirus en la economía de Teruel?

Afecta a todos los sectores del país, y Teruel no es diferente. Pero aquí la agroalimentación mantiene el pulso, y eso es positivo.

¿Y cuáles son los sectores que más están sufriendo?

Las primeras actividades impactadas fueron el turismo, la hostelería y el comercio. Pero ahora casi no hay sectores libres del parón económico.

¿Cómo valora el reparto de los 40.000 millones de avales del Gobierno?

Positivo. El primer tramo de 20.000 millones se hizo con un criterio de 50% destinado a pymes y autónomos y 50% a la gran empresa, mientras que el segundo, de otros 20.000, va destinado al 100% a pymes y autónomos y, al publicarlo en el BOE, se ha hecho una mención especial al papel vertebrador de las cajas rurales, con lo cual presuponemos que el cupo a recibir será óptimo.

¿Por qué, tras el primer tramo de avales, la Caja Rural reclamó que se diera prioridad en las sucesivas remesas a las pymes y autónomos?

El tejido empresarial español está formado en más de un 85% por pymes y autónomos y, en concreto en Teruel, el 92% del empleo se genera por empresas con menos de nueve empleados y autónomos. Además, reivindicábamos inicialmente que entre los criterios de reparto, se tuviera en cuenta las cuotas de mercado provinciales, pues es ahí donde las cajas rurales prestamos un mejor servicio llegando a toda la provincia, en especial en lugares como Aragón. Es cierto que la gran empresa es generadora de empleo y de ella dependen numerosas pymes auxiliares, pero creemos que el reparto de los dos tramos resulta ahora más equitativo con la realidad empresarial.

¿Cuántos de esos 40.000 millones de euros en avales llegarán a Caja Rural de Teruel?

De momento, tenemos adjudicado el primer tramo. Si para el segundo se sigue un criterio de proporcionalidad con el primero, consideraremos el importe como positivo para la situación actual, que ya de por sí es muy compleja y siempre partiendo de la premisa de que se puedan emitir más tramos en función de la evolución de la crisis del Covid-19.

¿Cuántas solicitudes de créditos avalados por el Gobierno tienen sobre la mesa?

Hay cientos de operaciones en marcha.

¿Qué sector está más movilizado para aprovechar este mecanismo de financiación?

La hostelería fue el primer demandante. Y también los autónomos de distintos negocios. En general, todas las pymes.

¿Esta herramienta será eficaz para reactivar la economía?

Sin duda. Las entidades financieras tenemos que apoyar la liquidez de las empresas y esta medida es muy valiosa para superar el parón. Es un mecanismo útil que complementa las líneas de crédito de las entidades. La oferta financiera es ahora la más potente de la historia de España. Es una ventaja que debemos aprovechar para afrontar la crisis.

¿La financiación de las empresas está asegurada?

Sí. Las operaciones conllevan un estudio y las empresas no deben presentar morosidad, además de cumplir otros requisitos muy básicos. Cada entidad tiene un cupo, pero los clientes que trabajan con varias pueden solucionar sus necesidades financieras a través de distintas fuentes también.

¿Qué condiciones aplicará Caja Rural a los créditos avalados por el Gobierno?

Firmamos al máximo que se permite, de cinco años con uno de carencia incluido, salvo que el cliente quiera un plazo menor. La Caja asume el coste del aval. En cuanto a las condiciones financieras, son más ventajosas que las normalmente aplicadas. Caja Rural de Teruel no fija ninguna compensación adicional y no condiciona la firma de las operaciones a la contratación de ningún producto vinculado, manteniendo la transparencia y cumpliendo el criterio del Gobierno.

¿Qué va a poner de su parte Caja Rural para afrontar la crisis?

Hay que tener en cuenta que el Estado avala hasta el 80% de los préstamos a cinco años, con uno de carencia. Caja Rural tiene sus propias líneas para facilitar inversiones en bienes de equipo –que no están incluidos en la línea de avales del Gobierno– o para alargar plazos, si el cliente lo pide.

¿Y para los particulares?

La Caja Rural apoya a los particulares con prestamos que se pueden confirmar a través del teléfono y a los comercios les suprimimos las tasas de inactividad –coste de las terminales por no facturar– de abril y mayo. La Caja Rural aporta recursos a Cáritas, el Bando de Alimentos de Térvalis y a Cruz Roja. Agradecemos su labor social. Por otro lado, hay una ley de moratoria de hipotecas destinada a colectivos vulnerables, que pueden pedir tres meses de aplazamiento en el pago, pero los requisitos de ingresos son muy bajos. Hay gente que queda fuera de esa normativa y que puede tener problemas para afrontar las deudas. Daremos un trato personalizado a nuestros clientes para facilitar carencias de seis meses sin pagar amortización.

¿La Caja Rural va sufrir las consecuencias de la crisis?

El empleo no peligra. Hemos compatibilizado el modelo presencial con el teletrabajo. Empezamos con un 10% en teletrabajo y ya podemos llegar al 100%, aunque seguiremos dando un servicio presencial y tenemos todas las oficinas principales abiertas.

¿Cuál es su diagnóstico sobre el futuro de la economía tras el coronavirus?

Los expertos hablan de cuatro formas de recuperación: como una V, con una recuperación rápida; como una U, y tardará el despegue; como una L, que habla de un proceso de recesión; y por último como una raíz cuadrada, con un rebote que se quedará por debajo de los niveles previos. Me gustaría creer que la salida será en V, pero es difícil de saber. Si se aplican todas las herramientas actuales y el parón no va mas allá del verano, habrá tiempo de remontar. Hay financiación para que las empresa tengan pulmón para recuperarse en cuanto reanuden la actividad.