Teruel ha amanecido desierta esta mañana tras declararse el estado de alarma en el país. Las calles más céntricas y concurridas habitualmente, como la plaza del Torico, la calle de San Juan, la calle del Tozal o el Viaducto Viejo, estaban vacías y solo algún transeúnte compraba el pan o el periódico o se tomaba un café envasado sentado en un banco. Salvo las colas en la puerta de la farmacia de guardia y en las de los estancos al no poder entrar al local más que de uno en uno, la ciudad estaba en calma total. 

El obispo de la Diócesis de Teruel y Albarracín, Antonio Gómez Cantero, ha ordenado el cierre de todas las iglesias y lugares de culto como precaución "para salvaguardar la salud en el mayor número posible de personas", señala en una carta enviada a los fieles. Solo se celebrarán los funerales "en la más estricta intimidad", señala el comunicado. En la carta aconseja las parroquias que anulen los toques de campana programados "para no confundir a las personas". Matiza que quizá solo debería mantenerse el sonido de difuntos cuando se celebren las exequias "para unir a los demás en oración desde sus casas".

Antonio García/Bykofoto

La diócesis incluirá estos días en su página web www.diocesisdeteruel.org oraciones y celebraciones para compartir en familia.

El Ayuntamiento de Teruel mantiene activo su centro base de Servicios Sociales, pero atiende a los demandantes por teléfono salvo en casos especiales, según ha explicado la concejala delegada de este área, Nuria Tregón. 

El albergue municipal para transeúntes, con un total de 10 plazas, flexibiliza "al máximo" sus condiciones de ocupación, alojando a todos los solicitantes posibles el tiempo que sea necesario, si bien tomando medidas excepcionales para prevenir contagios. Tregón ha señalado que si faltan plazas, se recurrirá a hostales de la ciudad, "para que nadie se quede en la calle y los más vulnerables se sientan arropados". Habitualmente, un transeúnte solo puede dormir en el albergue una noche cada cuatro meses y, si es invierno, cuatro días en toda la estación.

Antonio García/Bykofoto

También sigue abierto el servicio de atención a drogodependientes, con estrictas medidas de higiene y controles periódicos a los trabajadores. Además, la Concejalía de Servicios Sociales está en contacto con el colectivo de etnia gitana de Teruel por si necesitase algún tipo de abastecimiento. Muchos de sus miembros se dedican a la venta ambulante en el mercadillo de los jueves y los sábados, ahora cerrado por la crisis del coronavirus.