La mayor parte de los médicos especialistas de Teruel han expresado al Gobierno aragonés su desacuerdo con la distribución de espacios del nuevo hospital, un edificio actualmente en obras en los terrenos del Planizar cuya terminación se prevé para finales de 2022 y que contará con 4.000 metros cuadrados menos de zona asistencial que en origen.

Desde el Servicio de Radiología han solicitado que se dé otra finalidad a la sala prevista para el revelado de placas, habida cuenta de que ahora todo el proceso de radiodiagnóstico se elabora por métodos digitales. Otra especialidad que ha solicitado cambios es oftalmología, que en el nuevo hospital solo tiene consultas para cinco de los siete profesionales que atienden a los pacientes. Además, reclama el doble de espacio del que figura en los planos para las salas de exploración, con aparatos muy voluminosos.

La jefa en funciones de Ginecología, Pilar Parrilla, ha comunicado a la DGA que el futuro hospital se ha olvidado de incluir la ‘sala de expectativa’ –para mujeres que llegan creyendo que su parto es inminente cuando aún faltan varias horas pero, por distintas circunstancias, es preferible que no regresen a casa–, además de que el paritorio es muy pequeño. Tampoco hay dormitorio para la matrona ni baño en las consultas, prestaciones que sí existen ahora en el hospital Obispo Polanco. "Hay poco espacio para todo el Servicio", subraya Parrilla.

Desde el área de Farmacia critican que el almacén de medicamentos tendrá 20 metros cuadrados menos que el actual, lo que podría comprometer el abastecimiento en una ciudad a la que los pedidos de medicinas no llegan siempre al día siguiente. Este Servicio considera también que el circuito de acceso hasta el almacén es "complicado", por lo que los palés con las cajas de medicinas "pasearán por los pasillos continuamente". Tampoco habrá puerta de entrada desde la calle, algo que habría facilitado el suministro a los pacientes no ingresados.

El delegado de CESM-Teruel y representante del comité ejecutivo de este sindicato médico en Aragón, Paco Rodilla, afirma que hay "un descontento generalizado" entre los profesionales sanitarios ante la distribución de espacios del nuevo hospital, "que poco tiene que ver con las previsiones iniciales". "Tras 15 años esperando el proyecto definitivo, ahora vemos que hay menos superficie y que se han planificado instalaciones ya obsoletas", denuncia.

Rodilla explica que, pese a la decepción, el colectivo médico no quiere ser utilizado como "excusa" para nuevos retrasos en la construcción del hospital. El centro arrastra una demora de más de una década desde la aprobación del proyecto inicial al haber sido sometido a dos modificaciones y rescindirse el contrato con la primera empresa adjudicataria por retraso en los trámites necesarios para iniciar las obras.

Ante esta situación, técnicos de la DGA están manteniendo reuniones con los jefes de servicio de las especialidades médicas del Obispo Polanco en busca de soluciones. Fuentes del Gobierno aragonés califican estas reuniones como "internas" y declinan aportar mas información. Destacan que la última modificación del proyecto del hospital para adaptarlo a la normativa medioambiental vigente no supuso reducción del espacio asistencial y achacan una posible pérdida de superficie a los cambios realizados por el anterior equipo de gobierno de la DGA, en manos del Partido Popular –ahora gobierna el cuatripartito PSOE-PAR-CHA-Podemos–, para hacer el edificio resistente a los terremotos.

Con todo, el nuevo hospital duplicará la superficie del actual Obispo Polanco, al pasar de los 22.115 metros cuadrados que mide el centro hospitalario ahora en uso, a los 54.000 que medirán las instalaciones de El Planizar.