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Adrián Galve: "En el colegio no podía centrarme y me dedicaba a hacer caricaturas"

El dibujante de 29 años, con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), presentó su primera exposición en el Centro Ibercaja de Teruel.

Adrián Galve, con algunos de los dibujos de su primera exposición.
Adrián Galve, con algunos de los dibujos de su primera exposición.
Jorge Escudero

¿Cómo condiciona su vida padecer trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?

Complica la vida de quienes lo sufrimos, porque la gente tiene un gran desconocimiento sobre el TDAH, que es un trastorno que no se cura, que está metido en tu cabeza. Pero hay veces que puede tener un efecto positivo, por ejemplo en la actividad artística o para la ciencia. Nos puede ayudar a centrarnos en algo concreto, pero nos resulta complicado encajar en el entorno social. Nos puede costar adaptarnos a un trabajo, a unas normas o a patrones determinados. Tu mente lo ve todo a su modo. La gente con TDAH intentamos imponer nuestro propio orden, como nosotros lo vemos.

¿Se tropieza con muchos prejuicios sociales?

Sí, socialmente, el TDAH conlleva una gran dificultad. Sobre todo, por el desconocimiento sobre sus consecuencias. Aunque para algunos aspectos puede ser bueno, para las relaciones sociales es difícil.

¿Por qué decidió orientarse hacía la creación artística?

Es una vocación innata, que he mamado desde pequeñito. En el colegio, me despistaba porque no captaban mi atención las distintas materias y me dedicaba a dibujar caricaturas. En los chicos con TDAH se suelen dar destrezas artísticas y las acabé desarrollando. Los compañeros de clase decían que dibujaba muy bien. Por eso acabé centrándome en el arte, porque es lo mío.

¿Su estilo de dibujo está condicionado por el síndrome?

Creo que sí. Aunque mi concentración habitualmente se dispersa, cuando me pongo a dibujar me hiperconcentro. Me sirve de terapia, me ayuda a centrarme. Cuando veo una cara, cierro los ojos y la recuerdo con todo detalle.

Parece contradictorio dedicarse a una materia como el dibujo, que requiere concentración, afectado por un síndrome que se manifiesta con falta de concentración.

Puede parecer hasta irónico. Muchas cosas no consiguen captar nuestra atención, pero lo que nos motiva consigue que nos hipercentremos. Canalizo toda mi atención en algo concreto. Estoy en un aula y quizá toda mi atención se centra en el gesto de la cara de alguien. A otras personas con TDAH les da por la música, a Steve Jobs por la informática, a Luis Rojas por la psiquiatría o a Pablo Motos por unas habilidades sociales brutales. En mi caso, es el dibujo.

¿Cómo aprendió la técnica?

Acudo a las clases de Diego Aznar, que es un pintor prestigioso. Es un privilegio ser su alumno. Potencia mi estilo de retrato, con una definición sutil.

¿El dibujo es su ‘hobby’ o su profesión?

Estoy empezando. Llevo tres años recibiendo clases, pero el dibujo es mi vocación profesional. Me gustaría enfocar por ahí mi futuro laboral.

¿Se planteó su primera exposición, ‘Noche estrellada en Hollywood’, como una demostración de que el TDAH no es un impedimento para desarrollar una vocación?

Sí. Además, formo parte de una asociación de TDAH y quiero impulsarla y llevarla adelante. Está en proceso de constitución.

¿Por qué centró su exposición de dibujos en las estrellas de Hollywood y en cantantes famosos?

Primero, porque son rostros fáciles de reconocer en los dibujos sin que sean como fotografías. Pero también quiero reflejar mi técnica y mi estilo, aunque todavía busco mi marca propia como dibujante. Quiero que el público vea mi destreza.

También aparecía, entre actores y cantantes, Lionel Messi, ¿por qué?

Porque, como los otros personajes retratados, representa la genialidad. Eso me inspira.

¿Es usted futbolero?

Sí, pero aparte de que me gusta como futbolista, siento devoción por él. Para mí, Messi representa la excelencia en su campo.

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