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Un informe repasa 80 años después de la Guerra Civil los estragos que causó en los principales monumentos de Teruel

Según una respuesta parlamentaria del Gobierno a una pregunta de Compromís, la torre del Salvador fue el monumento mudéjar más damnificada por la contienda, seguido de la Catedral, San Pedro y San Martín.

El remate de la torre del Salvador quedó en un estado crítico tras la contienda.
El cuerpo superior de la torre del Salvador quedó en un estado crítico tras la contienda.
Foto cedida por José Antonio Guillén.

La torre del Salvador fue el monumento mudéjar que salió peor parado de los combates librados por el control de Teruel durante la Guerra Civil, hasta el punto de que se temió su "total ruina", según se desprende de la documentación aportada por el Gobierno central en respuesta a un requerimiento parlamentario de Compromís en el Senado. Los informes incluidos en la contestación gubernamental constatan también graves daños en la Catedral, la iglesia de San Pedro y la torre de San Martín como consecuencia de la contienda librada hace 80 años.

El general José Enrique Varela, comandante militar de la ciudad tras la conquista por las tropas franquistas en febrero de 1938, tuvo que intervenir con sus propios medios para evitar el derrumbamiento de la torre del Salvador, uno de los cuatro monumentos mudéjares que serían declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986. Según un documento firmado el 22 de julio de 1938 por el subcomisario del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Español, José María Muguruza, este campanario era "un caso manifiesto" de riesgo de "ruina instantánea".

Añade Muguruza que, ante una situación tan alarmante, "hay que evitar" el derrumbamiento "desde el primer momento, sin espera alguna, resolviendo lo que proceda hacer sobre el mismo terreno y con los medios que estén al alcance inmediato". Aunque señala que se trabaja en un anteproyecto para intervenir, reclama una actuación "urgente" de "sujeción" para evitar una pérdida irreparable. Recuerda que un monumento "no puede reemplazarse" con una obra nueva.

La torre mudéjar del Salvador, construida en el siglo XIV, presentaba hace 80 años "una tremenda brecha que la recorría de arriba a abajo y que hizo temer en los primeros momentos la total ruina de esta torre», según cuenta un informe de finales de diciembre de 1938.

Torre mudejar del Salvador /2019-12-28/ Foto: Jorge Escudero [[[FOTOGRAFOS]]]
Torre mudéjar del Salvador completó su restauración integral en 1993.
Jorge Escudero

El subcomisario José María Muguruza señala que, entre los inconvenientes para actuar en el Salvador, destaca la «imposibilidad de acceso a la parte alta más afectada». Recalca también la precariedad de los medios disponibles para intervenir. Pide «entre cinco y seis mil pesetas» para poder intervenir en cada caso de «ruina inminente». Desde el Gobierno rebelde, se remite a Muguruza al general Varela, porque está dispuesto a ayudar «si hay alguna ocasión de apremio grande».

El 27 de julio, otra misiva del subcomisario da por "conjurado el peligro" de derrumbamiento inminente de la torre del Salvador, que "ha quedado muy bien sujeta". Unos días después, el mismo funcionario explica que prepara los anteproyectos para restaurar la torre y también la "cubierta de la catedral".

El mes siguiente, el Ejecutivo franquista le comunica al desbordado Muguruza que hay 65.000 pesetas disponibles para "empezar las obras de Huesca y Teruel", así como "algunos desescombros en Sijena".

La precariedad de recursos es asfixiante, como denuncia el subcomisario de Patrimonio, que carece de personal y, sobre todo, de vehículos para desplazarse con celeridad a los distintos lugares con monumentos dañados por la contienda. Pero también le falta papel, sellos de goma y hasta máquinas de escribir. Advierte al administrador de la Diócesis de Teruel de la "multitud de dificultades materiales" con las que se desenvuelve para la preservación del patrimonio cultural de la provincia.

En una desesperada carta, denuncia el "abandono bochornoso" en el que ha quedado el patrimonio monumental de Alcañiz y considera que la situación todavía es peor en los lugares más pequeños y mal comunicados. En la misma misiva, confía en el "auxilio" de "Berlín y Londres", en referencia a los gobiernos de la Alemania nazi y del Reino Unido.

La Catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel, tras la Guerra Civil.
La Catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel, tras la Guerra Civil.
Heraldo.es

José María Muguruza no disimula su indignación cuando una cantidad destinada por el Ministerio de Educación a reparar la catedral de Teruel «ha sido devuelta al tesoro como si no hiciera falta». Considera esta medida "vergonzosa y lamentable2 y reclama medidas para que no se vuelva a repetir. Se trata de recursos de la "extinguida Junta de Cultura de Teruel" que han revertido al Ejecutivo.

En un extenso reportaje incluido en la respuesta parlamentaria sobre la tarea restauradora llevada cabo en los primeros momentos tras la conquista de la ciudad, se destaca que Teruel fue "una de las capitales españolas" que más sufrió con la guerra. Añade que "todos los monumentos historicoartísticos puede decirse que fueron arruinados» a raíz de "los incesantes bombardeos".

La torre mudéjar de San Martín muestra los efectos de los combates librados en sus proximidades.
La torre mudéjar de San Martín muestra los efectos de los combates librados en sus proximidades.
Heraldo.es

Tras destacar el caso de la torre del Salvador como el más acuciante, indica que, en la iglesia de San Pedro, «se han reparado ya la bóveda y la cubierta exterior», además de estar «muy adelantadas la decoración y la organización interiores». La torre de San Martín está «menos deteriorada» que la del Salvador, a pesar de estar situada junto a uno de los escenarios centrales de la batalla, el Seminario, también en ruinas.

Más atención para Alcañiz

El comisario general, con sede en Vitoria, alerta de la necesidad de intervenir también en el castillo y la excolegiata de Alcañiz. En el templo, hay 40 lienzos de distintas épocas en peligro, «sobre todo» unas pinturas aragonesas de finales del siglo XVII y principios del XVIII.

También pide «alguna atención especial» para las pinturas del claustro del castillo y de la torre del homenaje «donde aún parecen conservarse pinturas de las doce alusiones a los meses del año». Aboga por reparar el castillo calatravo con «prisioneros de guerra» para lo cual pide información sobre alojamientos posibles.

Acelerar la reparación de la Catedral

El subcomisario José María Muguruza propone al general José Enrique Varela celebrar una «fiesta» conmemorativa del primer aniversario de la conquista de la ciudad el 19 de febrero de 1939. La idea es bien recibida por el militar, que la considera «magnífica», según consta en la documentación aportada el pasado febrero por el Gobierno en respuesta a la solicitud de información de Compromís.

Según Muguruza, Varela «ofreció su colaboración para todo lo que hiciera falta y prometió presidir los actos que se organizasen». La fecha elegida «no coincide» con la de la recuperación de la capital tras el breve periodo en que quedó en poder del ejército republicano –el 22 de febrero de 1938–, pero se fija con el objetivo de «facilitar» la llegada de los zaragozanos que vendrán en «un tren especial». El firmante adelanta que «acelerando un poco el trabajo» se aprovechará el evento para reabrir al culto la catedral, «aunque solo fuera de una forma provisional».

La propuesta lanzada por Muguruza es bien recibida por sus superiores, que aprueban «con el mayor entusiasmo la idea de inaugurar con toda solemnidad la restauración del culto en la catedral de Teruel». Le piden al subcomisario ideas para «el mayor esplendor de la fiesta y para procurar rodearla del máximo prestigio».

Un reportaje sobre la labor restauradora de primera hora llevada a cabo por el Gobierno franquista tras tomar la ciudad señala que la Catedral ha sufrido «muy graves deterioros» y, destaca que la sacristía ha quedado «totalmente reducida a escombro por efecto de una sola bomba de aviación». Un informe de mayo de 1939 comunica la liquidación de obras llevadas a cabo en el templo entre diciembre de 1938 y marzo de 1939.

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