Teruel

La Torre Gótica de Alcañiz será visitable en el plazo de 2 meses tras décadas cerrada al público

El monumento ha sido restaurado y alojará en su interior un museo sobre los orígenes de su historia y el proceso de rehabilitación

Teruel
El nuevo aspecto de la Torre Gótica de Alcañiz tras ser retirados los andamios que tapaban su exterior.
Laura Castel

Uno de los principales elementos patrimoniales de la ciudad de Alcañiz y parte esencial en la historia de la Corona de Aragón, la Torre Gótica, podrá ser visitable en un mes y medio o dos meses, una vez que ha terminado su restauración. El monumento lleva décadas cerrado al público al haber estado afectado su interior por las humedades, las sales y la acumulación de excrementos de paloma, lo que dificultaba su accesibilidad.

No obstante, habrá que esperar para ver musealizado su interior, además de que el nuevo equipo de gobierno, integrado por PSOE, Cs e IU, reducirá la envergadura del proyecto ideado en el anterior mandato con PP y PAR. Este incluía explicar la historia de la Torre y también de la Semana Santa, una de las principales reivindicaciones de la ciudad debido al peso de esta tradición. Sin embargo, ahora se centrará exclusivamente en la historia de la propia Torre y en el proceso de rehabilitación.

"Había una idea inicial, pero el presupuesto era muy alto y queremos reducirlo porque lo tendremos que asumir con financiación municipal si no recibimos alguna ayuda externa", justificó esta semana el alcalde, Ignacio Urquizu.

Mientras se musealiza, ya se podrán realizar visitas guiadas, aunque, primero, el Ayuntamiento deberá firmar un convenio con la Parroquia de Alcañiz para establecer unos horarios de entrada que sean compatibles con el de los oficios religiosos en la iglesia Santa María la Mayor.

"Aún no hemos iniciado conversaciones, pero la idea es hablar tanto con la Oficina de Turismo municipal como con la empresa Turismo Alcañiz para realizar visitas guiadas, aunque por las características de la Torre y sus complejas escaleras serán con un número reducido de personas", apunta el primer edil alcañizano.

El Ministerio de Fomento, encargado de financiar y ejecutar los trabajos con 790.000 euros, ya ha dado el visto bueno a las obras y las ha entregado. No obstante, para que la torre sea visitable falta por terminar la retirada de los yesos barrocos del interior de la planta calle, que sacarán a la luz los restos góticos y ofrecerán información de su historia.

Estas labores se han retrasado considerablemente debido a que la Comisión Provincial de Patrimonio del Gobierno de Aragón se había negado en varias ocasiones a que se quitaran los yesos barrocos, si bien finalmente dio el visto bueno a un último recurso del Ayuntamiento alcañizano refrendado por informes de diversos expertos que se unían al presentado inicialmente.

La Torre es el único vestigio del antiguo templo, demolido en el siglo XVIII y sustituido por la actual iglesia barroca. Fue también testigo de excepción de la Concordia de Alcañiz, el acuerdo que escogió al sucesor de Martín I de Aragón a su muerte sin heredero.

El proyecto de rehabilitación de la Torre, de 43 metros de altura y con 171 escalones, ha consistido en limpiar, consolidar y rejuntar la estructura, que en algunos puntos se encontraba en un avanzado estado de deterioro, por lo que era necesario intervenir con urgencia para que el proceso de desgaste de la fábrica no aumentara.

Cuenta con una planta baja, tres pisos y cubierta con una doble vertiente y unas espectaculares vistas de la ciudad. Muchos alcañizanos, sobre todo los más jóvenes, nunca han entrado a su interior ya que ha estado muchos años cerrada. La planta baja, por la que se entra a la Torre Gótica, tiene un doble acceso. Por un lado, una puerta independiente desde la calle y por otro, desde la zona del altar de la actual iglesia barroca Santa María la Mayor. El hecho diferencial de esta planta con respecto a las superiores es que, cuando se construye la iglesia barroca, se recubre con yesos de la época que ahora se están retirando.

En la primera planta, con una bóveda, se ha dejado un testigo en la pared en el que se puede apreciar el estado de la misma antes de la restauración. De esta forma, en el futuro se podrán realizar estratigrafías de las secuencias históricas sobre cómo se han ido acumulando depósitos en las paredes.

Considerada como la planta noble, en el segundo piso se pueden ver 4 ventanales con una tracería más elaborada que en el resto por sus arcos apuntados. La tercera planta o ‘cuerpo de campanas’ presenta las marcas de cuando llegó a alojar hasta ocho campanas. Actualmente solo cuenta con tres, todas ellas con su nombre. Estas huellas, por prescripción de la Comisión Provincial de Patrimonio, deben quedar protegidas.

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