aragón, pueblo a pueblo

Anadón presume de entorno natural y pasa el testigo del pastoreo

Como si fuese una doble carrera de relevos, el ganadero Casimiro García dejó paso a nuevos alcaldes hace dos legislaturas y ahora ha saludado la llegada de un almeriense en el cuidado del ganado.

Hasta Anadón se llega cogiendo el desvío de la comarcal desde Rudilla, el pueblo que tiene más cercano, a 4 kilómetros; hay que salir de la comarcal y tomar un desvío, lo que convierte a la localidad de Anadón en uno de esos destinos a los que se va ‘de propio’. Rodeada la localidad de un amplísimo muro de piedra y vegetación baja, el paisaje se asemeja al de una película del oeste; al otro lado están los Baños de Segura.

Casimiro García, ganadero de 76 años de edad, fue alcalde de Anadón durante 42 años; dejó el puesto en 2011 y le sucedió su sobrino Luis García, taxista en Zaragoza, que ahora acaba de dejar el puesto que ocupará en la presente legislatura José César Burriel Guillén. "En todos esos años, lo que más ilusión me hizo es poner la luz en el pueblo; los postes estaban todos rotos, y llegamos a cosas tremendas. Recuerdo unas navidades con mucha gente que había venido al pueblo, y nos quedamos sin luz; arrancamos para Rudilla, atamos los cables como pudimos, que no sé cómo no pasó algo gordo, y los tiramos entre carrascas para traer la luz hasta aquí. Luego pusieron un repetidor con una línea, y se arregló el problema; teníamos que pagar el 25%, una inversión fuerte para el pueblo, pero poco a poco lo conseguimos. Otra cosa: la carreterica nuestra estaba muy mala y se arregló bien; por otro lado, sacamos una pista de siete kilómetros hasta los Baños de Segura que funcionaba bien, pero la han hecho polvo porque entran los camiones por ahí para acortar camino. Luego está el tema de los molinos, a ver si vienen; han puesto la subestación, de momento".

Casimiro recuerda el pasado ganadero de Anadón, que sigue teniendo (matizado) un presente con el sector ovino. "Eso nos dio vida a muchos; es cierto que tenemos buenas tierras, pero son campos pequeños y no rinden.

La tarea de Casimiro en la alcaldía contó con el beneplácito de sus vecinos. Al final llegó también un reconocimiento. "Sacamos adelante el pabellón, que costó Dios y ayuda; no había en los pueblos cercanos. La cosa es que comisión de fiestas y los vecinos se empeñaron en dedicármelo, y lleva mi nombre. Como decía Julio Iglesias, las obras quedan, las gentes se van. La cosa es que ya no tuvimos que apagar más la música en las fiestas cuando llovía. ¿Te has fijado en que el campo de fútbol tiene un muro de piedra a un lado? También lo hice yo".

Las fiestas locales son en honor a San Bartolomé, y se celebran el fin de semana más próximo al 24 de agosto. San Jorge es el patrón, y el 23 de abril hay ‘junta’ en el pueblo. En navidades mucha gente viene de Zaragoza, también de Valencia o Madrid, y siempre se organiza alguna junta. Casimiro se ufana de la gran calidad de los productos de su pueblo. He comido mejor que el Rey toda mi vida; los corderos y los pollos, de casa, los tomates y las verduras, también. Jamones de cerdo de 30 kilos, y lomos como mi pierna.

A Anadón ha llegado un nuevo pastor hace apenas dos meses, el almeriense Sergio López. "Es un chaval majo, maneja bien el ganado", dice Casimiro, que le ha guiado en sus primeros días. "Estuve por Pomar y Fraga –explica Sergio– pero esto se parece más a lo que buscaba, silencio y tranquilidad, pocos coches, monte; trabajo para un propietario de Torralba, junto a Caminreal, y llevo las ovejas aquí, es buen término para ellas. Llegué a través de la Fundación Cepaim, por un anuncio en el HERALDO, y enseguida me hablaron de esto cuando les dije lo que andaba buscando; tengo un buen sitio para vivir en el edificio municipal. Yo soy monitor de educación ambiental y guía de senderismo, pero no he ejercido de eso; me gusta más el pastoreo, me crié con el ganado de chico".

El susto

En 2013, Casimiro tuvo un accidente terrible con la cosechadora. "Fue de esos que de 100 se salva 1, y de 1.000, ninguno. Era el día de la Virgen, en agosto; hablé con mi hijo, no sabíamos si cosechar o no antes de salir de viaje, y al final decidí subir a buscar la cosechadora, que estaba en una ladera, para bajarla y guardarla. Metí la marcha y el cambio rascaba, no entraba bien; de pronto echó a moverse y fallaron a la vez el freno y el embrague. Era una pendiente de un 15% y se embaló enseguida; lo único que pensé fue en girarla, porque si caía de frente en la siguiente rampa el motor, que va atrás y pesa dos toneladas, me hubiese chafado. Bajé en cinco golpes, alguno muy alto. Enseguida vino gente del pueblo, estaba lleno ese día; salí de la cabina y me mareaba por los golpes en la cabeza con cada porrazo. Me rompí una vértebra que estuvo a punto de cortarme la médula; ya me pusieron el collarín en Muniesa y al día siguiente, al hospital en Zaragoza. Estuve ocho meses en recuperación en el hospital, sin operar, porque en la intervención me podían dejar tetrapléjico, luego duré un mes más en San Juan de Dios y a casa. Un neurocirujano zaragozano, Gómez Perú, se atrevió a operarme; de no poder ni moverme conseguí volver a andar gracias a él. Yo, que no me había puesto nunca malo... ya ves".

Mariano Burriel, un bibliotecario de excepcional pericia y dedicación

Mariano Burriel nació en Anadón en 1894 y salió del pueblo en 1907 para ingresar en el seminario menor de Belchite, donde pasó cuatro años; siguió sus estudios en la Pontificia Universidad de Zaragoza hasta 1919. Además de estudiar Filosofía y Letras, ingresó en el cuerpo facultativo de bibliotecarios, archiveros y arqueólogos en 1922. Su primer destino en esta función fue el museo arqueológico de Cádiz (tres años) y luego pasó nueve en la delegación de Hacienda en Huesca, antes de llegar a Zaragoza en la misma institución (1934). Organizó la Exposición Bíblica de Zaragoza en 1940 e impartió clases en el Instituto Miguel Servet. En 1942 recaló en la Biblioteca Universitaria de Zaragoza, donde además de por su trabajo incansable destacó la extrema amabilidad que aplicaba en la orientación a lectores; trataba por igual a eruditos y estudiantes noveles. Escribió para la revista ‘Teruel’, fue académico de la Real de San Luis y consejero de número de la Institución Fernando El Católico. Murió en 1978.

En datos

Comarca: Cuencas Mineras.

Población: 27.

Distancia a Teruel, su capital de provincia: 111 km.

Los imprescindibles

San Bartolomé

La parroquia exhibe una llamativa fábrica de mampostería; tiene tres naves y crucero. La nave central está cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos, las naves laterales se cubren con bóveda de arista y el crucero con cúpula.

Cerámica en las calles

Uno de los detalles más interesantes del paisaje urbano de Anadón reside en las vistosas placas de las calles, que están hechas de cerámica, con letra caligráfica y escudo; constituyen todo un guiño romántico.

La ermita de San Jorge

Está a la salida del pueblo, al final de una larga cuesta. En una epidemia de cólera acaecida a mediados del siglo XX sirvió de asilo para los enfermos; se tenía la creencia de que pasar allá un tiempo favorecía la sanación.

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