El Departamento de Sanidad del Gobierno aragonés acaba de adjudicar la reparación de uno de los dos ascensores que hay en el hospital Obispo Polanco de Teruel para uso del personal externo y que lleva estropeado alrededor de seis meses. Desde la DGA resaltan que la intervención, con un presupuesto base de 43.742 euros, va más allá del simple arreglo del elevador, pues contempla la "modernización, actualización y adecuación" del aparato, motivo por el cual la actuación ha tenido que salir a concurso y su tramitación ha necesitado más tiempo.

El ascensor está fuera de servicio desde el pasado mes de diciembre, lo que ha generado quejas de los usuarios. Una paciente, Carmen Ortín, con el brazo en cabestrillo por una lesión, explicó este jueves que había optado por subir a pie por las escaleras hasta la consulta de su médico al encontrarse "lleno" el único elevador que queda operativo. "No quiero tener que esperar tanto rato para poder coger un ascensor", apostilló la mujer. El familiar que la acompañaba añadió que, en su opinión, "seis meses son tiempo más que suficiente para arreglar una máquina, aunque tengan que traer una pieza del extranjero".

Otra usuaria que prefirió dar solo sus iniciales, M. E. S., relató que, al haber un solo ascensor, "se forman colas para subir". "Y tanto tiempo estropeado, denota dejadez", añadió. La misma mujer explicó que la falta de uno de los dos elevadores "agrava" el problema de que los usuarios de la calle compartan ascensor con los trabajadores del servicio de limpieza, quienes transportan en el mismo sus herramientas de trabajo así como contenedores con residuos de las habitaciones de hospitalización. "A mí, eso no me parece correcto, creo que está fatal", remachó M. E. S.

A falta de su publicación oficial, el contrato de modernización, actualización y adecuación del ascensor ha sido adjudicado a la empresa Zardoya Otris S. A., que ahora dispone de tres meses –una vez formalizado el acuerdo con el Salud– para desarrollar los trabajos. Entre otras mejoras, se prevé la monitorización del estado de las cintas de tracción durante las 24 horas del día y la implantación de un mecanismo de rescate automático que opera por baterías y lleva y libera a los pasajeros al piso más cercano en caso de corte eléctrico, eliminando el riesgo de atrapamiento. El ascensor tendrá también una cortina de infrarrojos en el acceso que reabre puertas ante cualquier obstáculo.