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Escorihuela: aroma de paz y esencia de pueblo

La actividad agrícola tiene sus hitos históricos en la producción de remolacha, el cultivo del azafrán y la cocción del espliego, del que este pueblo fue todo un emblema nacional.

Recuerda Juan José López que cuando era mozo, además del trigo y la cebada, en Escorihuela había mucha remolacha; la cosa duró hasta que cerraron la azucarera de Santa Eulalia. Nacido y criado en el pueblo, también recuerda con ilusión los tiempos buenos del azafrán. "Con eso nos manteníamos –sonríe– pero ahora ya no hay nadie para trabajarlo; antes tenían en todas las casas su azafrán y ovejas. Yo también llevé ovejas de joven, hasta 1.200 en un hatajo". Juan José tiene ya 76 años y está feliz con la jubilación, pero la visita al huerto no la perdona. "El día que no vaya, ya he fracasado. Planto patatas, cebollas, ajos, judías, pepinos, tomates… a las hijas, que las tengo en Teruel, no les falta de todo eso, y encima nos traen a los nietos, tres tenemos. Quedamos pocos en el pueblo, ahora seremos unos 70 o así, y nos vamos apañando aunque no queden muchas cosas. El ayuntamiento ha puesto una tiendecica que abre todas las mañanas, la llevan los del bar, que están aquí hace casi un año; vinieron con varios críos. Quedan albañiles, los hermanos Maicas".

Con sus ovejas anda todavía Pedro José Fortea, natural de Alfambra. Es apenas un pequeño grupo, que le sigue en los campos junto a la carretera; su burro, que no tiene nombre fijo –va cambiando según el llamador– le ayuda en la tarea. "Me casé en Escorihuela con una chica de pueblo y aquí me quedé, van para 42 años aquí. Me quedan unas poquicas ovejas para entretenerme, ya estoy jubilado; me dediqué a trabajar con máquinas, en las carreteras. Compré ovejas y me hice las parideras en su día, trabajando con Oviaragón, que los tenemos aquí al lado". Cuando se le pide a Pedro que hable del pueblo que le abrió los brazos hace más de cuatro décadas, se le ilumina la mirada. "Este pueblo es de categoría, se está muy bien, no solo la tranquilidad, que la hay, sino los paisajes, toda la tradición del espliego... y luego ya sabes, si quieres jaleo tienes Alfambra y Teruel a un paso. Mis hijos se buscaron la vida fuera, están en Teruel y Valencia, pero vienen todo lo que pueden y nos dejan a los nietos en verano... no nos podemos quejar".

La autoridad al servicio de todos

Milagros Giménez lleva seis legislaturas de alcaldesa, y trabaja en la residencia de ancianos de Alfambra, a 6 kilómetros del pueblo. "Hago ahora 24 años en el cargo, y todavía no tengo muy claro cómo llegué a meterme en esto. Trabajaba de alguacila; el alcalde se marchaba y acabé presentándome... y he durado –ríe– alguna cosa se ha hecho en todo este tiempo. Las naves para almacén y fiestas, el frontón, el centro social, los merenderos… hemos acondicionado un par de paisajes cercanos, sobre todo una partida que se le llama ‘zona de caza’, aunque realmente se va allí a recoger panecillos, higos, nueces y cañamones. El paseo allá lo recuperó como tradición la comisión de fiestas, y ha quedado un área muy bonica. También hicimos un polígono ganadero, aunque no ha funcionado muy bien".

La alcaldesa tiene otra ilusión que querría ver culminada algún día, y cuyo desarrollo interrumpido le ha dejado una espinita clavada. "En el edificio del Centro de Interpretación del Espliego, que está en planta calle, hay ocho apartamentos arriba; están en proceso, falta mucho por hacer aún, ojalá se puedan acabar porque alquilarlos daría vida al pueblo".

En el apartado del patrimonio natural, hay que destacar los parajes de El Hocino, La Olmeda, El Chorro la Vaca y La Torrecilla, además de la Cañada y sus árboles monumentales, especialmente nogales. También destacan las dolinas en la tierra, de buen tamaño, especialmente una junto al cementerio, y también las llamadas ‘dunas fósiles’ o arenosos que quedaron ‘petrificados’ entre otros tipos de materiales. La ruta PR TE 35 por la Sierra de Castelfrío permite disfrutar de estas formaciones.

El Monumento al Espigolero

En la entrada a Escorihuela desde Alfambra se exhibe un curioso monumento en forma de escultura, compuesto por 20 grandes calderas, 4 tapas cónicas y 3 rejillas; es una obra del artista Juan José Barragán y se llama ‘Monumento al Espigolero’. Los materiales se dedicaron originalmente a la extracción de la esencia del espliego, y el artista los reutilizó para recordar así a la que fuera una actividad icónica de este pueblo.

El espliego en el recuerdo

Lucía y María Cruz están charlando a pie de calle en un apacible atardecer. Hablan y recuerdan; ante la pregunta del curioso foráneo, recuerdan la relevancia del espliego en Escorihuela, la cantidad de gente que se dedicaba a sacar su perfumada esencia. "Cada año hay un día dedicado al oficio a mitad de agosto, justo tras el patrón San Lorenzo; se almuerza en la Torrecilla y hay comida para el pueblo; se cuece el espliego como antes, así los jóvenes pueden ver lo duro que era, sale muy poca y es mucho trabajo. Santiago ‘el Gayubero’ es uno del pueblo que guarda la tradición, aunque vive en Zaragoza; sus padres lo hacían". La esencia se vendía luego para todo tipo de usos, perfume sobre todo.

María Cruz, con una retranca finísima, dice llamarse ‘Santa Cruz de Tenerife’ cuando se niega con una sonrisa a dar su nombre. "Hemos llegado a mayores por el humor, eso es bueno", ríe, y su amiga asiente con la cabeza. "Este pueblo siempre ha tenido sitios bonitos. Antes bajaba una muela de agua fina por el barranco del Hocino, ahora ya no, aunque algo ha venido últimamente".

El espliego fue un recurso muy importante para este municipio, y la idea de hacer un centro de interpretación hizo justicia a aquella actividad. En el centro pueden admirarse en primer lugar objetos para recolectar a planta, así como los utensilios básicos de la destilación, en los que destacan los gigantescos calderos de la cocción. Los materiales fueron donados en un estado excelente por los hermanos Jesús y Antonio Luz, que a mediados del siglo pasado fueron los terceros mayores productores de esencia de espliego en España. En el ala izquierda del edificio hay paneles explicativos y planteros con ejemplares de lavándula espícula, además de un horno.

En datos

Comarca: Comunidad de Teruel

Población: 139

Distancia a Teruel: 35 km

Los imprescindibles

Los roscones

Los tres santos de la localidad San Antón, San Lorenzo y Santa Quiteria tienen en común la ofrenda de un rollo o roscón que cuelga del brazo de los santos al sacarlos en la procesión. Después de bendecirlo se reparte entre los vecinos.

Iglesia parroquial

Es barroca y se consagra a la Inmaculada, aunque se levantó sobre otra anterior dedicada a San Lorenzo. Resalta su portada monumental; la torre tiene un tramo cuadrado con gárgolas en las esquinas, con cuerpo superior octogonal.

A celebrar

Las fiestas mayores son el 10 de agosto en honor a San Lorenzo, el patrón. También se celebra Santa Quiteria aora mismo, el 22 de mayo, aunque este año la fiesta será el sábado 25, y San Antonio en fecha insólita: enero.

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