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Un estudio sitúa a Teruel entre las 5 capitales con más aumento de temperatura desde 1988
Los termómetros de la ciudad han experimentado una subida media de 1,74 grados en los últimos 30 años, por encima de municipios como Granada, Málaga o Albacete.
Un informe elaborado a partir de los datos que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) recoge en el observatorio emplazado en las proximidades del Parador de Turismo de Teruel sitúa a esta ciudad entre las cinco capitales de provincia españolas en las que más ha subido la temperatura en los últimos 30 años, desde 1988 a 2018.
El trabajo, a cargo del Observatorio de la Sostenibilidad (OS) de España, cifra en 1,74 grados el aumento de la temperatura media en Teruel en dicho periodo. La capital turolense está por debajo de Barcelona (1,89), Ávila (1,84), Murcia (1,82) y Cuenca (1,77), pero por delante de Granada (1,52), Castellón (1,45), Málaga (1,31), Albacete (1,26) y Lérida (1,22).
El dato es la diferencia entre la temperatura media que hubo en Teruel de 2014 a 2018, y que fueron 13,50 grados, y la que se registró entre 1988 y 1992, que se situó en 11,76 grados. El director del Observatorio, Fernando Prieto, alerta de que la subida en Teruel casi dobla la experimentada en el conjunto de España durante el mismo periodo, 0,98 grados por término medio, lo que hace imprescindible "adoptar medidas que mitiguen en lo posible los efectos adversos del aumento del calor".
El estudio, que atribuye este incremento de las temperaturas en todo el país –como en el resto del planeta– a las emisiones de CO2, sostiene que si el nivel de contaminación ambiental no desciende en los próximos años, en el caso de Teruel, la subida de los termómetros podría llegar a ser de 2,9 grados para el año 2050.
Prieto apremia al Ayuntamiento de Teruel y a los del resto de municipios de la provincia "a adoptar medidas para adaptarse al cambio climático". Propone crear anillos verdes alrededor de los núcleos urbanos para proporcionar frescor a la población, aumentar la superficie dedicada a parques y jardines y rehabilitar viviendas para hacerlas sostenibles ambientalmente, por ejemplo, instalando en ellas placas solares que generen energía eléctrica de la forma menos contaminante. En la capital turolense, estima "imprescindible" restaurar el ecosistema del río Turia.
Según advierte el director del OS –una oenegé vinculada a la Universidad Politécnica de Madrid–, "la agricultura también se verá perjudicada y la masa forestal sufrirá un retroceso soportando un mayor riesgo de incendios".
Presos que plantan pinos
No obstante, el concejal de Medioambiente del Ayuntamiento de Teruel, Julio Esteban, destaca que la creación del Parque de las Arcillas hace más de 4 años ya tuvo como objetivo frenar la incidencia de la contaminación en la ciudad. Agrega el edil que desde hace 14 años el colectivo de presos realiza plantaciones de pinos –en torno a un millar de árboles por campaña– para reforestar el entorno de la capital turolense y de sus diez barrios pedáneos. La Concejalía de Medioambiente tiene previsto, además, "dar un impulso a la recuperación de las laderas que hay en la ciudad y reverdecer el aspecto de estos espacios que forman parte del paisaje urbano".
Esteban calcula que en los últimos 15 años se han plantado en Teruel más de 10.000 árboles. A ellos se sumarán pronto los ejemplares que se distribuyan por el Polígono Sur, una zona de reciente urbanización. El concejal de Medioambiente hace un llamamiento "a la colaboración y al civismo, para que la población cuide los árboles y los respete".
El responsable de la Aemet en Aragón, Rafael Requena, afirmó que los datos sobre aumento de temperatura en Teruel hay que considerarlos dentro del proceso de calentamiento global que experimenta el planeta desde la época preindustrial. Destacó, sin embargo, que debido al cambio climático la provincia puede verse afectada por un mayor riesgo de desertización.
