Buj sanea las cuentas en Teruel pero no supera el bloqueo del PGOU

El PP presume de la reducción de la deuda y del Asilo y la oposición critica la política urbanística y el Año Amantes.

La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, en el viaducto de la capital mudéjar.
La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, en el viaducto de la capital mudéjar.
Antonio García/Bykofoto

Cuando la Corporación afronta su recta final, la principal rémora de la gestión municipal es la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, que se remonta a 1985 y que sigue atascado tras dos intentos fallidos de actualización. Tampoco el manoseado Año Amantes –la conmemoración del 800 aniversario de la leyenda de Los Amantes– ha sido el acontecimiento estelar que se pretendía.

Los populares se defienden de las críticas de la oposición argumentando que han desbloqueado e iniciado la rehabilitación del Asilo de San Julián para su reconversión en conservatorio y centro social, el proyecto más ambicioso del mandato. Otro logro del que presume la alcaldesa, la popular Emma Buj, es el saneamiento de las cuentas del Ayuntamiento, que ha pasado de ser el segundo más endeudado por habitante entre las capitales de provincia con 1.700 euros por residente en 2010 a los modestos 465 euros actuales. Buj –que llegó a la alcaldía de rebote tras la dimisión del alcalde elegido en 2015, su correligionario Manuel Blasco, al ser elegido senador– afirmó en el reciente pleno sobre el estado de la ciudad que el PP ha conseguido que el Ayuntamiento "resurja de su ruina".

El pleno sobre el estado de la ciudad –recuperado el pasado febrero tras un único precedente en 1996– retrató el papel de los distintos grupos municipales ante un gobierno popular en minoría. El PAR, aunque niega formar parte del equipo de gobierno, es el único partido que ejerce labores de gestión. Ciudadanos manifiesta una actitud crítica con la labor de los populares, pero en los momentos decisivos aporta el voto necesario para sacar adelante los asuntos clave, como los presupuestos. El resto de formaciones –PSOE, Ganar Teruel y CHA– se mantienen en la oposición pura y dura.

Una de las grandes apuestas populares para la legislatura, la celebración del Año Amantes, se ha quedado a medio camino entre un evento local y una celebración con proyección nacional. El primer año de conmemoración, 2017, pasó sin pena ni gloria con el estreno de una ópera de Javier Navarrete como principal evento. Para alargar el supuesto tirón del aniversario, el Ayuntamiento prolongó la programación a 2018. Pero el balance está muy lejos del acontecimiento de trascendencia estatal que se anunció.

Aunque la legislatura entra en tiempo de descuento, queda un gran reto por delante: lanzar el programa europeo Edusi, dotado con 10 millones de euros y que debe estar ejecutado en 2023, pero que apenas ha echado a andar. La alcaldesa, Emma Buj, echa las culpas de la demora a los requisitos burocráticos que establece la Unión Europea para liberar fondos, aunque lo cierto es que solo quedan 5 años para completar un plan destinado a revitalizar la ciudad. Una de las medidas pendientes del Edusi es la regeneración del barrio de Pomecia, habitado mayoritariamente por familias gitanas. Dos recientes sentencias judiciales alivian la presión al alejar una hipotética orden de demolición y descartar responsabilidades penales para los políticos por edificación ilegal, pero la dignificación de este barrio marginal sigue sin fecha.

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