"Me mareo y la biodramina me deja KO"

Un domingo de oposiciones en Zaragoza
Un domingo de oposiciones en Zaragoza

Lidia Serrano está indignada. El pasado mes de marzo, para opositar en Zaragoza a una plaza de auxiliar técnico en enfermería, tuvo que salir la noche de antes con su coche y reservar una habitación de hotel porque se marea en autobús y la biodramina la deja "KO". "No es lo mismo dormir en tu casa que fuera. A los de Teruel, examinarnos nos cuesta 200 euros más y estar en peores condiciones físicas e intelectuales que el resto", protesta. "Y te juegas mucho en una de estas oposiciones", añade. Recuerda que en otra ocasión sus compañeros le contaron que el bus contratado para el desplazamiento se quedó tirado en un pueblo al estropearse las puertas y tuvo que acudir otro vehículo en su ayuda. Todos llegaron tarde.

Cristina Yago, aspirante también a una plaza de enfermería, relata que los nervios de quienes se desplazan para la prueba "son terribles". "Al bajar del autobús estás fatal y hay que ir al baño corriendo". "Además –continúa–, muchos prefieren ir con su coche solo por no oír las conversaciones de los demás acerca de qué caerá o qué no en el examen". Yago critica que el viaje de regreso suele hacerse "a toda prisa" porque algunos compañeros tienen que incorporarse por la tarde a su puesto de trabajo, al no haber sustitutos para todos los que se examinan.

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