Termina la restauración de la cubierta de la iglesia gótica de San Francisco

Las obras, financiadas con cargo al Fite, han costado 256.416 euros.

La restauración ha reparado también elementos de la fachada principal.
La restauración ha reparado también elementos de la fachada principal.
Javier Escriche

La restauración de la cubierta y de otros elementos exteriores de la iglesia gótica de San Francisco de Teruel acaba de concluir tras siete meses de obras. La intervención en el único templo gótico de la ciudad ha tenido un coste de 256.416 euros, financiados con cargo al Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) de 2016.

La Dirección General de Vivienda y Rehabilitación acaba de recibir las obras, ejecutadas por la empresa Rafael Gómez Galdón SL. Los trabajos han permitido atajar la principal amenaza para la conservación del monumento: las filtraciones procedentes del tejado, muy deteriorado. El proyecto de restauración fue redactado por los arquitectos José Antonio Virto y José María Sanz.

La ejecución se retrasó respecto a las previsiones iniciales porque, aunque la selección de la empresa encargada se aprobó en abril de 2016, la contratación no se pudo formalizar hasta enero de 2017. La financiación inicial, con cargo al Fite de 2015, caducó y hubo que esperar a habilitar la partida necesaria con la anualidad de 2016.

La principal mejora afecta al tejado de la nave central, donde se ha procedido a la sustitución de los elementos estructurales dañados por las goteras y a la aplicación de un tratamiento antiparásitos y antihumedad. En las capillas laterales se ha renovado el tablero de madera que soporta la cubierta debido a su mal estado de conservación. A continuación, tanto en el tejado de la nave como en las capillas, se ha repuesto la teja original que pudo rescatarse y se ha completado con teja también recuperada para una mejor integración en el conjunto.

La obra ha mejorada uno de los elementos más visibles desde el exterior, la espadaña, que estaba en un pésimo estado de conservación. También en el tejado se ha habilitado un andador para poder recorrerlo y facilitar así las tareas de conservación y reparación en el futuro. Además, se ha equipado con pararrayos.

En la zona del ábside, muy dañada por las humedades, se ha procedido a la reparación de grietas. En la fachada principal, se han reparado y consolidado las cornisas y molduras.

La directora general de Vivienda y Restauración, Mayte Andreu, ha señalado que la intervención atiende a la necesidad más «prioritaria» del templo al «reparar las cubiertas, que presentaban un grave y generalizado deterioro que amenazaba la durabilidad del resto de elementos y del conjunto de la edificación».

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