Un grupo de investigadores cataloga 200 edificios de patrimonio industrial, algunos en estado de ruina

Recomiendan la recuperación de los mejor conservados para usos turísticos o ambientales.

La térmica de Aliaga es uno de los ejemplos más espectaculares del patrimonio
Un grupo de investigadores cataloga 200 edificios de patrimonio industrial, algunos en estado de ruina
A. G./B

Un equipo de investigadores de la Universidad de Valencia lleva a cabo un trabajo de catalogación del patrimonio industrial turolense para realizar el primer inventario sobre este tipo de infraestructuras que a mediados del siglo XX tuvieron un papel relevante en la economía de la provincia. A través de una beca del Instituto de Estudios Turolenses, los investigadores se han propuesto estudiar hasta 200 edificaciones, algunas de ellas muy destacadas como la central térmica de Aliaga, sin actividad desde hace más de treinta años, o el complejo minero de Libros, con sus cien casas excavadas en cuevas.

El trabajo ha sido promovido por la Asociación Recartografías, un colectivo que ya lideró en Teruel hace un año la iniciativa de la ecoaldea del barrio de Mas Blanco, en San Agustín. De la investigación se excluyen los elementos patrimoniales localizados en áreas urbanas; de hecho lleva por título: ‘La industria rural dispersa en Teruel: un patrimonio único en peligro’.

El estudio se encuentra en estos momentos en una primera fase de ejecución, que consiste en el acopio de material a través en diferentes fuentes bibliográficas, como archivos provinciales, contactos con los ayuntamientos de la provincia y recabando datos en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA). Este paso ha permitido al grupo, integrado por cuatro especialistas, visitar y registrar ya 30 de estos elementos patrimoniales. Con ello, han podido constatar, según explicaba uno de los investigadores, Luis del Romero, el grave estado de deterioro que presentan algunas de las edificaciones y "los datos erróneos en torno a ellas que se han hallado en ciertos fondos bibliográficos, con elementos que no aparecen, incluso, en las bases cartográficas, que hay que actualizar".

El trabajo de campo realizado hasta ahora –en ocasiones complejo porque algunos edificios, sobre todo los molinos de la comarca del Matarraña, se encuentran en lugares recónditos y de difícil accesibilidad– ha permitido comprobar in situ el estado real del patrimonio. "Muchas estructuras se conservan en mal estado, con riesgo de ruina –explicaba Luis del Romero–, por lo que nos hemos planteado completar el inventario con una lista roja de aquellas que necesitan una intervención urgente".

Las espectaculares térmicas

La mayor parte del patrimonio industrial que se ha podido localizar hasta ahora se concentra en los molinos harineros, de los que cada pueblo disponía de, al menos, uno. Pero hay ejemplos que indican, a juicio del investigador, que las zonas "de montaña turolenses eran más industriales de lo que se piensa".

Entre las construcciones más significativas destacan por su espectacularidad las centrales térmicas, así como la mina de azufre de Libros, la más importante de España en los años cuarenta del siglo pasado. En el campo de la minería se han llegado a contabilizar hasta 50 bocaminas solo en Escucha y en la industria textil despuntaba la zona del Jiloca, territorio en el que también existían tejerías y papelerías. Gúdar sobresale por la presencia de batanes, algunos muy bien conservados.

Con el estudio se pretende concienciar sobre el interés de este patrimonio como parte de la historia de la provincia. Se intenta, también, poner las bases para su recuperación, en los casos en los que esta sea posible, así como su explotación con modelos turísticos o ambientales que ya cuentan en otras zonas con exitosas experiencias.

La Diputación Provincial es la única institución que ha reconocido hasta ahora el gran potencial turístico del monumental patrimonio industrial turolense. Trabaja en la puesta en marcha de un proyecto, enmarcado dentro de un programa europeo, que se concreta en la confección de paquetes turísticos con ofertas especializadas.

El proyecto, que se presentará oficialmente a finales de este mes, ha puesto en valor 17 puntos de interés, destacados en la industria textil, de fibra y de producción de bebidas espirituosas, según indicó Bárbara Serdán, técnico encargada de la iniciativa. El batán de Tramacastilla, la fábrica de tejidos de la Iglesuela o el hostal de la Trucha de Villarluengo son algunos ejemplos.

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