Una mujer se somete a pruebas de ADN ante la sospecha de que fue un bebé robado del Polanco

Cruzará su perfil con la vecina de Linares que denunció la desaparición de dos hijos recién nacidos.

Prudencia Bielsa con sus hijos Raúl y Fina, en el bar de Linares de Mora regentado por la familia con la documentación recopilada.
Una mujer se somete a pruebas de ADN ante la sospecha de que fue un bebé robado del Polanco
A. G./bykofoto

Una mujer adoptada residente en Galicia se someterá a pruebas de ADN ante su sospecha de que, por su fecha de nacimiento y otros indicios, podría ser hija de una vecina de Linares de Mora, Prudencia Bielsa, que denunció en el juzgado que dos bebés le fueron robados tras sendos partos registrados en 1978 y 1979 en el hospital Obispo Polanco de Teruel. La denunciante sostiene que los niños no murieron en el parto como le dijeron en su día sino que siguen vivos.


La abogada de Prudencia, Cinta Monferrer, informó ayer de que una joven gallega ha iniciado el trámite para contrastar su ADN con el de su clienta a través de banco de muestras genéticas del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), del Ministerio de Justicia. Este registró fue creado para posibilitar comprobaciones de paternidad en los casos de bebés robados sin necesidad de un contacto directo entre los hijos y los padres biológicos.


Prudencia remitió su muestra de ADN al INTCF en noviembre de 2015 en un intento de localizar a sus hijos, en el caso de que estén vivos. Paralelamente, emprendió la vía judicial arropada por dos hijos, Raúl y Fina. Su abogada sospecha que los niños pudieron caer en manos de una trama de venta ilegal de bebés para adopción como las que se han destapado en distintos puntos de España y que estuvieron activas en el franquismo y la Transición.


Cinta Monferrer también contactó a través de las redes sociales con un varón adoptado residente en Castellón con una edad que encaja con uno de los dos bebes supuestamente robados. En su mensaje, la letrada señala que su clienta "solo quiere" conocerle y comunicarle que no fue "abandonado" por sus progenitores. El envío digital, que no ha recibido respuesta, añade que en ningún caso quiere "causar ningún daño" a nadie sino simplemente reconstruir "en la medida de lo posible" una relación familiar truncada.


La investigación que lleva a cabo el Juzgado de Instrucción número 3 de la capital turolense a raíz de la denuncia de Prudencia, está a la espera de conocer los resultados de las pruebas de ADN practicadas a los restos aparecidos en dos sepulturas del cementerio de Teruel en las que, según la documentación, fueron enterrados los recién nacidos. La familia Bielsa considera que las primeras informaciones aportadas por la exhumación apuntan a que los cadáveres desenterrados no se corresponden con los niños nacidos en 1978 y 1979. Dado el alto deterioro de los restos y la aparición de varios cuerpos en cada tumba, Monferrer consideró "difícil" que las pruebas de ADNsean concluyentes o, incluso, viables.


La abogada está convencida de que los informes de los dos nacimientos que le entregaron en el hospital Obispo Polanco incurren en graves "incongruencias" que abonan su sospecha de que los niños fueron dados ilegalmente en adopción. Señala, por ejemplo, que en unos documentos se dice que los niños llegaron sin vida al hospital mientras que en otros se da cuenta de su fallecimiento tras nacer en el centro sanitario. La abogada cree que ni siquiera el dato del sexo de los dos bebés aportado por los documentos es fiable.


El afloramiento de esta denuncia puede "animar" a otras familias turolenses a seguir el mismo camino, según la abogada, que se mostró convencida de que hubo otros casos similares en la provincial. Adelantó que pedirá, a través del juzgado, acceso a los ficheros de adopciones de la Administración y pedirá la declaración de testigos en busca de pruebas de un delito, que según reconoció, habría prescrito.

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