Afronta la dirección del Cefca en su momento más trascendente, en pleno desarrollo de las investigaciones en el Observatorio de Javalambre. ¿Cómo contempla esta situación?

Tras finalizar la fase constructiva es ahora el momento de demostrar todo su potencial científico, por lo que contemplo este hecho con mucha expectación y muchas ganas. Pero tenemos que ser conscientes de las fuerzas de que disponemos, porque hay muchos frentes que abarcar y a veces los recursos no son infinitos.

Han pasado seis años desde que se inició el montaje del centro. Se podría pensar que es demasiado tiempo para poner en marcha las instalaciones.

En realidad es un plazo muy corto. Otros proyectos similares han llevado mucho más tiempo de ejecución. El contrato de fabricación del Observatorio data de 2010 y a principios de este año se aceptó el último telescopio, con lo que en realidad se ha desarrollado en tiempo récord, si, además, tenemos en cuenta que se trata de un proyecto único que ha debido empezar de cero, sin ninguna infraestructura previa.

Cuando comenzó el diseño del observatorio era una tecnología de vanguardia. ¿No se corre el riesgo de que quede desfasada cuando comience a funcionar a pleno rendimiento?

Seguimos teniendo tecnología de último nivel, pero es cierto que esta avanza muy rápido y que de aquí a diez años habrá otros proyectos que nos habrán superado. Ocurre aquí y en cualquier parte del mundo. No obstante, gracias a que hemos ido muy rápidos y a que siempre hemos incorporado las soluciones tecnológicamente más avanzadas tenemos mucho que aportar.

El objetivo final del Cefca, de avanzar en el conocimiento de la energía oscura, parece muy ambicioso. ¿Teruel estará a la altura?

No hay razones por las que Teruel no esté a la vanguardia. Hemos formado un centro con personal de todas las partes de España y del extranjero, porque se trata de un proyecto interesante que atrae a científicos de fuera. Tenemos un potencial como cualquier otro observatorio del mundo.

¿Cuenta con los recursos necesarios?

Es cierto que los recursos son todavía limitados, muy justos, y el éxito del proyecto va a depender de cuál sea el devenir del Cefca en los próximos años.

¿Teruel está ya en el mapa de los importantes centros astrofísicos mundiales o hace falta un gran descubrimiento para eso?

Por la juventud del proyecto es obvio que Teruel todavía no está en todos los ámbitos mundiales, pero ya empieza a sonar fuera de nuestras fronteras en aquellos que más se aproximan a nuestra investigación. Nuestro proyecto ya se escucha en congresos internacionales y aparece en revistas.

¿A qué se debe que la Agencia Espacial Europea haya pedido la colaboración del Cefca en un proyecto pionero?

La Agencia, que está desarrollando el proyecto Euclide, mediante el cual se pretende poner en el espacio un satélite con telescopio a bordo, tiene unos objetivos científicos similares a los que vamos a hacer desde Javalambre pero con otra técnica observacional. Necesita observatorios que desde tierra proporcionen datos de apoyo, datos previos científicos y de calibración, para que puedan explotar al cien por cien los datos que obtengan con el satélite. Y ahí estamos nosotros.

¿También van a cartografiar el Universo como el Observatorio de Javalambre?

Su objetivo es hacer un gran cartografiado del Universo con unas técnicas específicas que requieren que alguien también pueda cubrir una amplia zona del cielo. Y a día de hoy solo estamos desde tierra Teruel, con telescopios de gran campo, y Hawái, con otro telescopio francocanadiense, como los únicos centros capaces de aportar estos datos del hemisferio norte.

El Cefca es un ejemplo de que la ciencia también puede crear empleo. ¿Cree que las autoridades y la ciudadanía son plenamente conscientes de ello?

No lo sé, pero es cierto que, además del ámbito puramente científico, genera actividad en torno a la ciencia. Por ejemplo, el mantenimiento del observatorio requiere una serie subcontratas de servicios cotidianos

¿Genera turismo de calidad?

No es exactamente turismo. Recientemente hemos organizado un congreso con asistencia de más de 300 personas, por lo que podemos decir que atraemos a visitantes de muchas partes del mundo que viene a Teruel durante unos días, pernoctan y hacen visitas por la provincia.

¿Cuál sería su principal meta científica personal?

Creo que los resultados que se puedan aportar con el que denominamos proyecto J-PAS, cuyo objetivo es avanzar en el conocimiento de la energía oscura, van a sonar en el resto del mundo. No es algo que consigamos en un año o dos; llegará casi al final del proyecto, cuando hayamos aglutinado toda la gran cantidad de datos que vayamos a obtener.

¿Y más a corto plazo?

La continua toma de datos a través del cartografiado del cielo puede dar lugar a pequeños descubrimientos, porque vamos a tener la posibilidad de observar objetos que todavía no se conocen.