Los productores de trufa negra consideran insuficientes las concesiones de agua para regar

La falta de riegos y de lluvias pronostica una cosecha muy inferior a la del año pasado. Más de 5.000 hectáreas se destinan en la provincia al cultivo de este hongo.

Plantación de encinas micorrizadas de Sarrión.
Los productores de trufa negra consideran insuficientes las concesiones de agua para regar
A. García/Bykofoto

Los productores de trufa negra han mostrado su preocupación por considerar insuficientes las concesiones de agua procedente de acuíferos autorizadas por la Confederación Hidrográfica del Júcar para el riego de los cultivos de este hongo, al que se destinan unas 5.000 hectáreas de superficie. Sostienen que, tras varios años de arrastrar bajos niveles de pluviometría en las zonas más truferas de la provincia –Gúdar-Javalambre–, los aprovechamientos de agua pública que se conceden no cubren las necesidades que tiene este sector, uno de los de mayor proyección económica en la provincia. Como consecuencia, los truficultores vaticinan una campaña, cuya recolección acaba de arrancar, "muy inferior" a la del año pasado.


La Asociación de Truficultores y Recolectores de Trufa Negra de Teruel demanda a la Confederación un cambio de criterios a la hora de establecer las concesiones hidráulicas. Su presidente, Julio Perales, considera que se están utilizando parámetros "de hace diez años, cuando todavía llovía en esta zona". Los agricultores destacan, sin embargo, que el cambio climático está provocando años de sequía continuada.


El presidente de la citada Asociación expresó su inquietud por la situación que presenta el sector, con un proyecto de regadíos sociales, demandado desde hace más de una década pero paralizado, y unas concesiones a las fincas para el uso del agua por parte de la Confederación insuficientes. A todo ello hay que añadir la presencia de la plaga del escarabajo a la que todavía no se le ha puesto solución.


"La trufa es un cultivo que necesita agua; no grandes reservas, pero la suficiente para desarrollarse si la lluvia escasea", afirmaba Perales. Según agregó, el organismo que regula la cuenca del Júcar, concede actualmente 1.000 litros cúbicos de agua por hectárea y año, mientras que las plantaciones de encinas micorrizadas necesitan de una media de 3.000 litros cúbicos. "Con buena pluviometría, tenemos más que suficiente con lo que nos concede, pero llevamos varios años arrastrando una tremenda sequía, que solamente se puede paliar con los riegos", agregó el truficultor. De hecho, asegura que las tierras que este año han contado con riego "tienen cierta producción, mientras que las otras, están dando cero de trufas".


La truficultura, en torno a la cual se agrupan unos 500 agricultores –la mitad de los cuales están concentrados en la zona de Sarrión– se ha revelado en los últimos años como un sector en auge. Su producción ha alcanzado en las mejores campañas 12 toneladas de trufa. Según recalcó Julio Perales es el único cultivo viable "en las pobres tierras de la comarca de Gúdar-Javalambre, con malos terrenos incluso para el cereal, pero muy buenos para las trufas".


Los truficultores reclaman, asimismo, más celeridad en el proyecto de regadíos sociales prometido por el Gobierno de Aragón hace más de una década. Facilitaría el riego en unas 850 hectáreas y beneficiaría a 157 agricultores, principalmente de Sarrión, si bien también se han acogido al proyecto propietarios de Albentosa, Manzanera y La Puebla de Valverde. Perales considera que estos regadíos "darían continuidad a las producciones, que ahora están sometidas a los cambios de la meteorología". "No podemos tener un sector con tanta inestabilidad, porque hay que rentabilizar fuertes inversiones", remachó, tras insistir en que hay "pesimismo" entre los agricultores.

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