Satisfacción por la reanudación del primer bus de la mañana con parada en pueblos del Jiloca

El primer autobús de la mañana entre Teruel y Zaragoza con parada en los pueblos del Jiloca vuelve a funcionar de lunes a sábado y no solo cuatro días a la semana, como venía ocurriendo desde el verano. La medida ha llenado de satisfacción y optimismo a los alcaldes y a la población de la zona, que a mediados del pasado mes de julio, cuando el funcionamiento del servicio quedó reducido a viernes y sábados –luego se recuperaría para los lunes y miércoles– iniciaron una campaña para reivindicar la mejora del transporte público.

Tras casi 4 meses con el servicio de los martes suprimido, ayer solamente 5 viajeros hacían uso del autobús, que sale a las 7.00 de la mañana de Teruel para llegar a Zaragoza antes de las 10.00. Este horario es el más útil para aquellos usuarios que necesitan realizar gestiones en la capital aragonesa, pues con él disponen de toda la mañana para ello y pueden regresar en el día a sus casas.

El alcalde de Monreal del Campo –2.650 habitantes–, Carlos Redón, manifestó que "todo lo que suponga aumentar los servicios a los ciudadanos en un territorio despoblado y disperso como el Jiloca, es muy positivo". El regidor mostró su confianza en que el número de viajeros aumente "a medida que la noticia del restablecimiento del autobús se difunda". "En los últimos meses –aclaró–, la gente ha tenido que buscarse medios de transporte alternativos; es lógico que ahora no piensen en el autobús".

Redón atribuyó a la "presión social" la reanudación del servicio de lunes a sábado. Según dijo, las protestas vecinales "hicieron que los políticos percibieran la gravedad de la situación y realizaran las gestiones necesarias para reponer el autobús".

La empresa concesionaria del servicio, autobuses Jiménez, ha adoptado la decisión tras haber mantenido varias reuniones con las administraciones central y autonómica en las que se puso sobre la mesa el importante papel social que desempeña el transporte público por carretera, sobre todo en territorios castigados por la emigración. El último encuentro de trabajo tuvo lugar el pasado lunes en la sede del Gobierno aragonés con el consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro.

Joaquín Romero, alcalde de Caminreal –con 620 vecinos es la tercera población del Jiloca–, reivindicó que "aún serían necesarios más servicios en este territorio". "No podemos poner en marcha ningún proyecto si no contamos con un buen transporte público", subrayó el edil.Voluntad para mantenerlo

La alcaldesa de Villafranca del Campo –320 vecinos–, Yolanda Domingo, destacó que buena parte de la población "es anciana y no conduce, lo que hace todavía más necesario el funcionamiento de un autobús". Domingo reclamó "que haya una voluntad firme de mantener el servicio en el medio rural", pues, según explicó, "en los pueblos no tenemos de nada y hemos de salir fuera para todo".

Lo que no se ha repuesto es la conexión o ‘hijuela’ que acercaba hasta Calamocha a los vecinos de Tornos, Bello, Torralba de los Sisones y Odón, y que desapareció con el primer recorte del bus. El alcalde de Torralba de los Sisones, Asterio Abad, advirtió de que, en invierno, aún disponen del autobús escolar, "pero en verano nos quedaremos sin un triste autobús para ir a Calamocha".

La línea de transporte regular entre Teruel y Zaragoza es de titularidad estatal y la concesión está caducada. El Gobierno aragonés trata de lograr su segregación para poder gestionarla directamente. En la actualidad, trabaja en la elaboración del nuevo Mapa concesional de transporte de carretera que servirá para reorganizar los servicios y horarios.