El Ayuntamiento de Teruel aborda un nuevo intento de ordenar el barrio de Las Viñas, caracterizado por la construcción ilegal y sin planificación. El área de urbanismo prepara una modificación del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de una de las principales zonas de ocupación espontánea con el objetivo de adaptar algunas de las infraestructuras previstas a la realidad y posibilitar una correcta urbanización.

La modificación de planteamiento afecta a una zona de 553.498 metros cuadrados con capacidad para 545 viviendas, de acuerdo a la edificabilidad permitida. La situación de partida roza el caos, según se desprende de la documentación que acompaña a la revisión del PERI –que se remonta a 1988 pero que no se ha llevado a la práctica–.

La memoria de la modificación señala que en Las Viñas persiste una "carencia de infraestructuras, redes de servicios públicos y suelos dotacionales". Añade que las edificaciones han proliferado en la zona "sin la correspondiente urbanización de los viales ni la dotación de servicios". El área, ocupada tradicionalmente por segundas residencias, se ha reorientado a primeras viviendas.

Entre las medidas previstas, figura la regularización de la trama viaria con una anchura mínima de 5 metros. Actualmente, la amplitud es variable dentro de una misma calle, los trazados son tortuosos y con firmes de tierra. En muchos casos, terminan en fondos de saco. La memoria de la actualización del PERI advierte de que habrá que modificar las alineaciones de las parcelas, aunque se hará con "la menor afección a las edificaciones ya existentes".

En los "antecedentes" que justifican la modificación urbanística se concluye que, salvo una pequeña subarea, la 12.1, la zona "adolece de importantes deficiencias, no existen viales ni redes de servicio que se ajusten a las determinaciones del planeamiento". "La mayor parte del área carecer de red de saneamiento", una circunstancia que obliga a dirigir los vertidos de aguas residuales a pozos ciegos, con el consiguiente riesgo de contaminación. El alumbrado público es, además, precario.

La regulación pretende, según consta en el documento, "impulsar el desarrollo de una zona de la ciudad, mejorar la accesibilidad, racionalizar la trama urbana y, por tanto, el servicio a todas las parcelas".

El concejal delegado de Urbanismo, Juan Carlos Cruzado, prevé que antes de acabar 2016 o como muy tarde en enero de 2017 se apruebe inicialmente la modificación del PERI por el pleno municipal. A continuación, se abrirá un periodo de alegaciones previo a la aprobación definitiva y a la ejecución.

Cruzado explicó que el arquitecto redactor de la modificación revisa actualmente "sobre el terreno" junto con técnicos municipales la situación de la zona donde se pretende intervenir para definir las 19 ‘unidades de ejecución’, o porciones en las que se ejecutará el nuevo planeamiento.

Cruzado añadió que se ha definido una primera ‘unidad de ejecución’ de pequeñas dimensiones y con solo seis propietarios que servirá de "experiencia piloto" para desarrollar todo el proceso. La pretensión municipal es empezar a aplicar el nuevo diseño urbanístico "en breve" mediante el sistema de cooperación, que consiste en la ejecución por parte del Ayuntamiento con la colaboración económica y la aportación de suelo de los propietarios afectados.

Suspensión de licencias

El primer paso para ordenar el caótico barrio de Las Viñas fue la aprobación por el pleno municipal del pasado 4 de julio de la suspensión durante un año de la concesión de licencias para edificar o demoler en la zona afectada por la modificación urbanística.