La avería de un viejo tren Tamagotchi de Teruel a Zaragoza provoca retrasos de hasta 45 minutos

La avería mecánica que sufrió ayer por la mañana un tren automotor 596, popularmente conocido como Tamagotchi, en su trayecto Teruel-Zaragoza hizo que los 11 viajeros de este convoy llegaran a su destino 24 minutos tarde y que otra máquina que transportaba a 32 pasajeros en sentido inverso hasta Valencia acumulara un retraso de 45 minutos.

El Tamagotchi salió de la estación de Teruel rumbo a Zaragoza a las 6.30. Aunque la avería no impidió que el tren circulara por la vía, sí que le obligó a disminuir su velocidad, lo que generó el retraso. A su vez, esta demora hizo que el convoy que viajaba de Zaragoza a Teruel tuviera que esperar en la estación de María de Huerva 32 minutos para cruzarse con él, cuando lo habitual es que los pasajeros no esperen en este punto más allá de dos o tres minutos.

Desde la Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Teruel –que aglutina a diversos colectivos– reclamaron ayer a Renfe que "retire definitivamente" los tamagotchis, un modelo de tren que consideran "obsoleto" y "nada fiable". Recordaron que pese a que la propia compañía anunció que dejaría de usarlos en Aragón, estos trenes se utilizan con mucha frecuencia en la línea Zaragoza-Teruel-Valencia.

El portavoz de dicha asociación en defensa del ferrocarril, Pablo Justo, denunció que, durante el verano, prácticamente cada fin de semana se pone un tamagotchi para la línea de Teruel. Explicó que estos viejos trenes circulan habitualmente entre Zaragoza y Canfranc (Huesca), pero se quedan pequeños los sábados y domingos de los meses de julio, agosto y septiembre, ante la mayor afluencia de turismo al Pirineo, lo que empuja a Renfe a sustituirlos por convoyes más grandes y enviar los automotores 596 a Teruel.

"Fallan mucho"

"Los tamagotchis fallan mucho y son incómodos. El material que no quieren los demás, tampoco lo queremos en Teruel", subrayó Justo. El portavoz de la Plataforma por el tren señaló que el automotor 596 se fabricó en los años 80 y fue reformado en los 90. Agregó que mientras otros trenes con la misma antigüedad han dado buen resultado, no ha ocurrido lo mismo con los tamagotchis.

Según dijo Pablo Justo, a las frecuentes averías se suman, entre otros inconvenientes, las filtraciones de malos olores procedentes del motor en los vagones de los viajeros o el mal funcionamiento de la calefacción durante el invierno. Este último problema ha impedido en más de una ocasión que el tren saliera puntual hacia su destino.

Fuentes de Renfe indicaron ayer que el anuncio de la compañía acerca de la retirada de los tamagotchis de las líneas ferroviarias aragonesas nunca tuvo carácter "oficial" y que, por tanto, la actual flota de convoyes es utilizada en función de las necesidades de cada trayecto.

Desde la empresa aseguraron que el viejo modelo de automotor 596 "es un tipo de material totalmente homologado, seguro y apto para prestar servicio". Aseguraron que los tamagotchis no se estropean más que otros trenes. De hecho, Renfe afirmó que la avería registrada ayer en el primer tren de la mañana que cubría el trayecto entre Teruel y Zaragoza "ha sido un hecho puntual y nada más".

Carencias en la línea

Los retrasos sufridos ayer en la línea de Teruel ponen también de manifiesto las carencias de esta infraestructura, que es de vía única y sin electrificar. Al no contar todavía con el sistema de comunicación tren-tierra, que permite telemandar la circulación desde la base central de Zaragoza, los trenes solo pueden cruzarse en las estaciones de las localidades zaragozanas de María de Huerva o Cariñena, que es donde existe personal ferroviario.

"Con el tren-tierra, el convoy procedente de Zaragoza hubiera podido seguir avanzando por la línea y cruzarse con el de Teruel en otro punto, sin necesidad de esperar tanto rato", explicaron desde la Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Teruel.

Para esta asociación, los frecuentes retrasos de los trenes acabarán restando pasajeros a una línea que ya no va sobrada de viajeros. Esta falta de demanda se debe, según sus representantes, al mal estado de la vía –un problema que se traduce en tiempos de viaje demasiado largos– y al elevado precio del billete, que no resulta competitivo con los autobuses de línea regular, más rápidos y más baratos. "A nadie parece importarle esta línea de tren y eso es bastante lamentable", indicaron.