Restaurar el paño de muralla carlista costará un 38% menos de lo previsto

Las obras para restaurar el tramo de la muralla de Teruel comprendido entre el torreón del Agua y la torre de la Bombardera, uno de los más degradados del monumento, arrancarán a finales de agosto o principios de septiembre con trabajos arqueológicos para detectar la posible presencia de restos de la conducción de agua renacentista. El proyecto para rehabilitar el lienzo de fortificación acaba de ser adjudicado por 159.877 euros a Carpetania Integra S. L., con una rebaja del 38,4% respecto al presupuesto de salida, de 259.541 euros.

Si la investigación arqueológica localiza vestigios de la traída de aguas del siglo XVI quedarán integrados en el proyecto de restauración, que abarca un paño de muralla donde se combinan elementos medievales con otros construidos durante el siglo XIX con motivo de las guerras carlistas. Los fragmentos más deteriorados son, precisamente, los de época carlista debido a la construcción con materiales de menor calidad que los originales –yeso, ladrillo y madera en el periodo decimonónico, frente a piedra y cal en el medievo–. El muro del siglo XIX es estructuralmente más frágil, al constar de dos hojas separadas por un espacio hueco intermedio.

Las obras tendrán una duración de cuatro meses y afectarán a un tramo muy visible y orientado a la calle donde se monta el mercadillo de los jueves. El proyecto, que afecta a un Bien de Interés Cultural, ha pasado dos veces por la Comisión Provincial del Patrimonio Cultural hasta conseguir su beneplácito.

La licitación registró una alta participación, con 29 ofertas presentadas entre las que, finalmente, fue elegida la de Carpetania Integra S. L, con una baja que deja el presupuesto en poco más de la mitad de la cifra de partida. La financiación correrá a cargo del 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento, que aportará una subvención de 180.000 euros.

El arquitecto redactor del proyecto, José Ángel Gil, explicó que el muro carlista es el fragmento de muralla que está en peor estado de conservación de todo el frente abierto hacia la ronda de Dámaso Torán. Añadió que la actuación que acaba de adjudicarse consistirá, básicamente, en estabilizar, consolidar y limpiar este paño.

Señaló que las dos hojas de la fortificación carlista estaban unidas originalmente por dos forjados, uno de los cuales se recuperará para dar más solidez a la obra. Sin embargo, el forjado superior, que hacía de cubierta y que está totalmente desaparecido, no se reconstruirá. Al grave deterioro del muro –con desprendimientos y grietas– se suma la proliferación de vegetación en la zona superior de la fortificación, una circunstancia que ha contribuido al deterioro de la construcción.

La restauración incluirá también los muros exteriores de la torre de la Bombardera, que no recuperará los forjados interiores. La última restauración en este baluarte de la muralla se remonta al año 1968.

La intervención en el tramo torre del Agua-Bombardera se proyectó en 2002 con cargo al programa europeo Urban II e incluía la reforma de la explanada anterior y su peatonalización. Sin embargo, la obra quedó aparcada por falta de financiación hasta hoy. Las catas arqueológicas revelaron que la base de la muralla se hunde tres metros por debajo de la cota actual de la calle.