Aliaga se moviliza contra una mina proyectada en un valle ganadero cerca del Parque Geológico

La empresa promotora de la cantera de arcillas dice que ha elegido la ubicación que causa menos afección.

Vecinos de Aliaga afectados por la mina proyectada, junto al emplazamiento previsto para la explotación.
Vecinos de Aliaga afectados por la mina proyectada, junto al emplazamiento previsto para la explotación.
J. E.

El proyecto para abrir una mina de arcillas a cielo abierto en Aliaga ha provocado un fuerte rechazo vecinal por entender que amenaza el principal patrimonio del municipio, su medio ambiente. El Ayuntamiento, el Parque Geológico, la Sociedad de Cazadores y 34 particulares afectados por la futura explotación han anunciado que presentarán alegaciones en contra de la concesión que solicita Minera Sabater, una empresa que ya intentó abrir la cantera en otras ocasiones con idéntica contestación social.


El Servicio Provincial de Industria somete la concesión a información pública con la posibilidad de presentar alegaciones hasta el 5 de julio. El permiso de explotación afecta a 12 cuadrículas mineras, que suponen en torno a 300 hectáreas, aunque la empresa asegura que solo ocupará 25. La explotación, proyectada en la partida de Santilla, se solicita para treinta años prorrogables.


El Consistorio se ha puesto al frente de la oposición y el alcalde, Sergio Uche, advirtió de que, "mientras el Ayuntamiento pueda impedirlo, que se despidan de la mina". Uche afirmó que la actividad proyectada es "incompatible" con el desarrollo sostenible del pueblo, centrado en el turismo y la explotación de un medio natural privilegiado.


La empresa defiende por su parte la idoneidad de su proyecto, que generará 11 empleos, la mayoría en labores de transporte. El director facultativo de Minera Sabater, José Manuel Fernández, explicó que las dimensiones y emplazamiento de la mina se han revisado respecto a las propuestas anteriores para reducir su impacto. "Hemos rectificado los puntos más cuestionados por su afección", señaló. La ubicación es "la que menos afecta al territorio" y la que cuenta con las reservas de arcilla de mejor calidad. Añadió que la compañía prevé iniciar la extracción "en cuanto llegue la autorización de la Administración". Fernández defendió la calidad de las restauraciones de Minera Sabater.


Los afectados


Entre los recursos que podrían verse afectados por la mina, según sus detractores, destaca el Parque Geológico, que atrae a turistas y a estudiantes de geología de Holanda, Alemania y Omán, entre otros países. La gerente del Parque, Julia Escorihuela, dijo que la apertura de la mina perjudicaría directamente a los valores geológicos del pueblo. Añadió que la apertura de un gran desmonte en medio del campo pondrá en peligro la catalogación del Geoparque del Maestrazgo –al que pertenece el Parque Geológico de Aliaga– como Patrimonio de la Humanidad.


El coordinador científico del Parque, el geólogo José Luis Simón, calificó la mina de "barbaridad", porque perjudicaría a las masías del entorno –varias de ellas habitadas–, al suelo y a los acuíferos. A su juicio, la explotación, prevista en una "zona muy sensible", es un auténtico "atentado contra el medio ambiente". Si sale adelante, dejará "un paisaje de grandes agujeros longitudinales abiertos en medio de un valle".


Uno de los perjudicados directos es Raúl Gargallo, que explota la masía de La Collada, en el centro del proyecto minero. Teme quedarse "sin medios de vida" con la apertura de la cantera. Al impacto del desmonte se sumará el paso diario de una media de 14 camiones cargados de arcilla. "Los sembrados desaparecerán y las ovejas se quedarán sin pastos", auguró. Lamentó la "indefensión" en la que se encuentra y criticó que nadie de la Administración le advirtiera de la amenaza y haya tenido que enterarse gracias al aviso de una vecina.


Otro ganadero, José Carlos Gargallo, denunció que su explotación agropecuaria será inviable si se abre la mina, porque "todo se llenará de polvo y ruido y el agua se puede contaminar". "Y todo –añadió– para que una empresa privada se llene los bolsillos".


Silvia Pérez, experta en restauración paisajística, desconfía de los planes de restauración que presenta la empresa porque, por su experiencia, esta labor deja siempre mucho que desear. Añadió que los avales que depositan las compañías mineras no cubren los posibles destrozos y la consecuencia de los desmontes son suelos improductivos, con fuertes pendientes y erosionados.


El alcalde y los vecinos coinciden, además, en las "malas experiencias" que el pueblo ha tenido con la explotación minera. La última mina, la del Salobral, cerrada hace décadas, sigue sin restaurar en medio de un paisaje lunar y, previsiblemente, "nunca se restaurará". Sergio Uche aseguró que cuenta con el apoyo de sus homólogos de Fortanete y Villarroya de los Pinares, dos poblaciones que se verían afectadas por el tráfico de camiones derivado de la mina. Como el resto de afectados, no descarta las movilizaciones si la DGA autoriza la extracción de arcillas.

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