María Jesús Bustos: "Me sorprende la frecuente aparición de bombas de la Guerra Civil"

La primera mujer al frente de la Comisaría de la Policía Nacional ha presenciado en apenas dos semanas en el cargo la desactivación de dos explosivos de la contienda.

María Jesús Bustos, en su despacho de comisaria jefe de la Policía Nacional de Teruel.
María Jesús Bustos, en su despacho de comisaria jefe de la Policía Nacional de Teruel.
Jorge Escudero

-Han hecho falta 40 años de democracia para que haya una comisaria jefe en Aragón. ¿No es demasiado tiempo?

-Mi promoción, en 1980, fue la segunda del Cuerpo Superior de Policía que se abrió a la mujer, y la presencia femenina estuvo limitada al 10%, una restricción que se anuló años después. Como dos tercios de las plazas de comisario se reservan para ascensos por antigüedad y un tercio para oposiciones, se reduce mucho la presencia de mujeres porque tuvieron una incorporación tardía.


-¿No es entonces una cuestión específica de Aragón?

-No, es una situación generalizada. En España hay solo 23 comisarias y casi todas están en Madrid. Solo hay dos comisarias provinciales más, en León y en Tenerife.


-¿Hay machismo en la Policía?

-No. No hay ninguna cortapisa a la incorporación de la mujer.


-¿Por qué en su discurso de toma de posesión se refirió a "los nuevos delitos" como una de sus principales preocupaciones?

-Internet es un campo importante de nuestro trabajo y en el que más tenemos que innovar y mejorar. En el futuro será un ámbito básico de la actividad policial, porque los delincuentes pueden actuar sin exponerse físicamente. No podemos quedarnos desfasados respecto al resto de la sociedad. Tenemos que adaptarnos a los tiempos que corren.


-También hizo una referencia a la lucha contra la corrupción, ¿por qué?

-Tenemos que luchar contra cualquier tipo de corrupción. La sociedad, quizá espoleada por la crisis, exige transparencia y control a todo el mundo. Es el momento de sacar a la luz este tipo de delitos. No quise decir que en Teruel haya un problema de corrupción específico.


-¿Su inquietud responde a una demanda social?

-Parece muy fuerte decirlo aquí en Teruel, pero vengo de una comunidad, la valenciana, en la que cuanto más se investiga este problema más se agranda. Aunque me parece que en Teruel no ha habido los excesos inmobiliarios que se dieron en las zonas costeras.


-¿Cuál es su primera impresión sobre Teruel en materia de seguridad?

-Mi referencia de Teruel era la de una ciudad segura, y los últimos datos de delincuencia me lo confirman. Es una auténtica campeona en esta materia, aunque no nos vamos a relajar. Es un lugar tranquilo y así debe seguir.


-¿Qué problemas ha detectado?

-Las últimas operaciones están relacionadas con el tráfico de drogas y por ahí anda la problemática de Teruel. Por muy tranquila que sea una ciudad, siempre hay alguien que mueve pequeñas cantidades de droga, pero no es alarmante.


-Un peligro específico de Teruel es la frecuente aparición de bombas de la Guerra Civil.

-Sí, de hecho el pasado martes vinieron los tédax para retirar el último explosivo de la guerra aparecido en Teruel, el segundo en las apenas dos semanas que llevo al frente de la Comisaría. Las dos bombas conservaban la carga en perfecto estado para estallar. Los artefactos más peligrosos son las granadas de mano. Hay un protocolo de actuación en estos casos. Mi antecesor Jesús Navarro elaboró un cartel informativo con fotos de los distintos tipos de artefactos y recomendaciones sobre cómo actuar ante su localización. La bomba que estalló en 2013 y dejó malherido a Alberto Villalba era de un modelo poco conocido y no levantó sospechas de que fuera a estallar.


-Es un peligro presente derivado de un acontecimiento ocurrido hace 78 años.

-El problema era mayor cuando, antes del accidente, la gente guardaba los explosivos en su domicilio o en sus garajes como piezas de colección. Pero la alerta generada en 2013 alcanzó a toda la sociedad, que tomó conciencia del problema. A raíz de aquella explosión, la gente empezó a llamar para decir que tenía bombas en su casa. El siniestro fue una desgracia pero mejoró la conciencia social sobre este peligro.


-¿Le ha sorprendido tropezarse con esta amenaza latente?

-Me ha llamado la atención así como la vigencia de los recuerdos de la Guerra Civil. Esa presencia no la he visto en ningún otro sitio. Quizá responda a que la guerra se cebó con Teruel.


-¿Tiene suficientes agentes la Policía Nacional en Teruel?

-La plantilla está bien dotada. Pero surgen bajas y comisiones de servicio de verano y entonces nos quedamos más justos. Además, se va a ampliar la prisión y eso, a partir de julio, generará más carga de trabajo. Espero que lleguen más efectivos. Voy a pedir un refuerzo de plantilla por la apertura de la prisión.


-¿Qué refuerzo necesitará?

-A corto plazo, vendrán 5 o 6 policías en prácticas. Pero, con las actuales promociones de policías, tan limitadas, hasta dentro de dos años ninguna plantilla policial estará bien de personal. Además, Teruel no es un destino codiciado y la gente que llega porque es destinada aquí se queda el tiempo mínimo y pide otras ciudades.

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